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Hebreos 10:29 - Versión Biblia Libre

29 ¿Cuánto más merecedores de castigo creen que serán quienes hayan pisoteado al Hijo de Dios, siendo que han menospreciado la sangre que selló el pacto que nos santificaba, considerándolo como ordinario y trivial, y que han abusado del Espíritu de gracia?

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Biblia Reina Valera 1960

29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Piensen, pues, cuánto mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto —la cual nos hizo santos— como si fuera algo vulgar e inmundo, y han insultado y despreciado al Espíritu Santo que nos trae la misericordia de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 ¿Qué pasará entonces con el que pisoteó al Hijo de Dios? ¿Qué castigo merecerá, según ustedes, el que ha profanado la sangre de la alianza con la cual fue santificado y ha insultado al Espíritu, don de Dios?

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 ¿Cuánto peor castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios y tuvo por inmunda la sangre del pacto,° en la cual fue santificado, y ultrajó al Espíritu de gracia?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 ¿de cuánto más duro castigo pensáis que será reo el que ha pisoteado al Hijo de Dios, ha tenido por impura la sangre de la alianza con la que fue consagrado y ha ultrajado al Espíritu de la gracia?

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Hebreos 10:29
40 Referans Kwoze  

“¡Tírenla al suelo!”, gritó. Y ellos la arrojaron al suelo. Su sangre salpicó la pared y los caballos, que la pisotearon.


Enséñame tu voluntad porque tú eres mi Dios. Que tu espíritu de bondad me guíe y allane mi camino.


Pisotearás leones y serpientes; hollarás crías de leones y víboras.


Entonces Moisés tomó la sangre, la roció sobre el pueblo y dijo: “Mira, esta es la sangre del pacto que el Señor ha hecho contigo siguiendo estos términos”.


Pero tú eres arrojado de tu tumba como una rama que nadie quiere, enterrado bajo los cuerpos de los muertos por la espada. Eres como un cadáver pisoteado. Te han arrojado a un pozo lleno de piedras.


Esa gloria suprema de los borrachos de Efraín será pisoteada.


Pero ellos se rebelaron contra él y causaron dolor a su Espíritu Santo, por lo que para ellos se convirtió en un enemigo y luchó contra ellos.


“Yo sabía exactamente quién serías antes de crearte en el vientre de tu madre; te elegí antes de que nacieras para que fueras profeta de las naciones”.


El Señor hizo a un lado a todos mis fuertes soldados que me defendían. Convocó un ejército para atacarme, para aplastar a mis jóvenes. El Señor ha pisoteado a la virgen hija de Judá como a las uvas en un lagar.


“Pero pasé por allí y te vi dando patadas, cubierto en tu propia sangre. Mientras yacías allí, cubierto de sangre, te dije: ‘¡Quiero que vivas!’ Allí mismo te dije: ‘¡Quiero que vivas!’


Entonces oí a un santo que hablaba, y otro santo le preguntó al que hablaba: “¿Por cuánto tiempo es esta visión -la eliminación del servicio continuo, la rebelión que causa la devastación, la entrega del santuario y el ejército de la gente para ser pisoteado?”


Entonces mis enemigos se darán cuenta y cubrirán su cara de vergüenza por burlarse de mi, y me preguntarán: “¿Dónde está el Señor tu Dios?” Y con mis propios ojos veré lo que les sucederá. Serán pisoteados como barro por las calles.


Yo enviaré un espíritu de gracia y oración en la casa de David y sobe los habitantes de Jerusalén. Ellos mirarán al que han atravesado, y se lamentarán sobre él, como quien guarda luto por su único hijo, llorando amargamente por su romogénito.


“Porque esta es mi sangre del pacto, derramada por muchos para el perdón de pecados.


“No den a los perros lo que es santo. No tiren sus perlas a los cerdos. Así los cerdos no las pisotearán, y los perros no vendrán a atacarlos a ustedes.


se dieron cuenta de que algunos de sus discípulos comían con las manos “impuras” (es decir, sin lavar).


Todo el que habla en contra del Hijo del hombre, será perdonado, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no será perdonado.


Entonces, ¿por qué están diciendo ustedes que aquél a quien Dios apartó y envió al mundo está blasfemando, porque dije ‘yo soy el Hijo de Dios’?


Yo me consagro a mí mismo por ellos para que ellos también sean verdaderamente santos.


“¡Pueblo arrogante y terco! ¡Nunca escuchan! ¡Ustedes siempre pelean contra el Espíritu Santo! ¡Actúan como lo hacían sus padres!


El Dios de paz pronto quebrantará el poder de Satanás y lo someterá a ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.


De modo que cualquiera que come del pan o bebe de la copa del Señor con deshonra, será culpable de hacer mal contra el cuerpo y la sangre del Señor.


Los que comen y beben traen juicio sobre sí mismos si no reconocen su relación con el cuerpo del Señor.


Cristo tiene que gobernar hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies.


Como dice la Escritura: “Él puso todo bajo sus pies”. (Por supuesto, cuando dice que “todo” está bajo sus pies, es obvio que no se refiere a Dios, quien puso todo bajo la autoridad de Cristo).


Algunos de ustedes eran así, pero han sido limpiados y santificados. Han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo, y en el Espíritu de nuestro Dios.


No decepcionen al Espíritu Santo de Dios que los señaló como pertenencia suya para el día de la redención.


Él la santificó, la limpió al lavarse en el agua del mundo,


por medio del cual todos somos santificados a través de Jesucristo, quien ofrece su cuerpo una vez y para siempre.


¡Asegúrense de no rechazar al que les está hablando! Si ellos no pudieron escapar cuando rechazaron a Dios en la tierra, sin duda alguna nosotros tampoco podremos escapar si volvemos nuestra espalda a Dios, quien nos advierte desde el cielo.


Ahora pues, que el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran pastor de las ovejas, y lo hizo con la sangre de un pacto eterno,


Pues tanto el que santifica como los que son santificados pertenecen a la misma familia. Por eso no vacila en llamarlos “hermanos”


¿cómo escaparemos si no atendemos esta gran salvación que el Señor anunció desde el principio, y que después nos confirmó por medio de quienes lo oyeron?


Y como tenemos tal sumo sacerdote que ha ascendido al cielo, Jesús, el Hijo de Dios, asegurémonos de mantenernos en lo que decimos creer.


Es imposible que los que una vez comprendieron y experimentaron el don celestial de Dios—que participaron del recibimiento del Espíritu Santo,


y luego abandonaron por completo a Dios, vuelvan al arrepentimiento una vez más. Ellos mismos han crucificado al Hijo de Dios una y otra vez, y lo han humillado públicamente.


Pues si la sangre de cabras y toros, y las cenizas de vaca rociadas sobre lo que está ritualmente impuro pueden hacer que el cuerpo esté ceremonialmente puro,


Y les dijo: “Esta es la sangre de la relación de pacto que Dios les ha dicho que quiere tener con ustedes”.


y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el gobernante de los reyes de la tierra. A Jesús, quien nos ama y nos libertó de nuestros pecados por medio de su sangre,


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