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Hebreos 10:22 - Versión Biblia Libre

22 acerquémonos a Dios, con mentes sinceras y plena confianza. Nuestras mentes han sido rociadas para purificarlas de nuestros malos pensamientos, y nuestros cuerpos han sido lavados y limpiados con agua pura.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 acerquémonos con corazón sincero, con fe plena, limpios interiormente de todo lo que mancha la conciencia y con el cuerpo lavado con agua pura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo los corazones° rociados, y así libres° de mala conciencia, y los cuerpos lavados con agua pura.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Acerquémonos, pues, con corazón sincero y fe plena, purificado el corazón de toda impureza de conciencia y lavado el cuerpo con agua pura.

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Hebreos 10:22
66 Referans Kwoze  

Abías cometió todos los pecados que su padre había cometido antes que él. No estaba totalmente dedicado al Señor su Dios como lo había estado su antepasado David.


De la tribu de Zabulón, 50.000 guerreros. Estaban completamente armados y listos para la batalla, y totalmente dedicados.


“Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre. Sírvele con total dedicación y con una mente dispuesta, porque el Señor examina cada motivación y entiende la intención de cada pensamiento. Si lo buscas, lo encontrarás; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.


Yo sé, Dios mío, que tú miras por dentro y te alegras cuando vivimos bien. Todo lo he dado de buena gana y con un corazón honesto, y ahora he visto a tu pueblo aquí dando felizmente y de buena gana para ti.


¡Alaben al Señor! Le agradeceré a Él con todo mi corazón ante la congregación de los fieles.


Te alabo con todo mi corazón. No permitas que me aparte de tus mandamientos.


¡Mi ser entero clama a ti, Señor! ¡Por favor, respóndeme! Yo seguiré tus mandatos.


Felices los que guardan sus mandamientos y con sinceridad desean seguirle.


Ayúdame a entender para hacer tu voluntad con toda devoción.


Mi ser entero anhela tu bendición. Por favor, sé bondadoso conmigo, como me lo has prometido.


Los arrogantes difaman mi reputación con mentiras, pero yo sigo tus mandamientos con todo mi corazón.


Te alabaré con todo mi corazón porque de ti aprendo el modo correcto de vivir.


Que en mi inocencia pueda seguir tus normas sin ser avergonzado.


Así que mantente feliz en el Señor y celebra, tú que haces el bien. Grita de alegría, ¡Todos ustedes que viven en rectitud!


Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, y hazme fiel otra vez.


¡Pero yo amo estar cerca de Dios! He elegido al Señor Dios como mi protector, y contaré todo lo que has hecho.


Porque el Señor nuestros es nuestro sol y nuestro escudo, y nos da gracia y honor. El señor no retira nada bueno de aquellos que viven con rectitud.


Señor, te adoraré con todo mi corazón. Contaré todas las maravillas que has hecho.


La justicia será basada otra vez en lo que es correcto; los verdaderos de corazón lo apoyarán.


Lleva a Aarón y a sus hijos a la entrada del Tabernáculo de Reunión y lávalos con agua.


Hijo mío, dame toda tu atención, y sigue mi ejemplo con alegría.


El Señor dice: “Este pueblo viene a alabarme con sus palabras, y me honran con sus labios, pero sus pensamientos están muy lejos. Su culto a mí sólo consiste en que siguen reglas que la gente les ha enseñado.


Sorprenderá a muchas naciones, y los reyes callarán a causa de él, porque verán lo que no se les ha dicho, y entenderán lo que no habían oído.


Les daré el deseo de conocerme, de saber que yo soy el Señor. Serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a estar completamente comprometidos conmigo.


A pesar de todo esto, su infiel hermana Judá no volvió a mí con sinceridad. Sólo fingió hacerlo, declara el Señor.


Su líder será de su propio país, su gobernante será elegido de entre ellos. Lo invitaré a acercarse a mí, y lo hará, porque ¿se atreverá alguien a acercarse a mí sin que se lo pida? declara el Señor.


Luego te lavé con agua, limpié tu sangre y te ungí con aceite.


También derramaré sobre ti agua pura, y quedarás limpio. Te lavaré de toda tu impureza y de todos tus ídolos.


Usará la sangre para rociar siete veces a la persona que está siendo limpiada de la enfermedad de la piel. Luego el sacerdote los declarará limpios y dejará que el pájaro vivo se vaya volando.


Debe llevar la túnica de lino sagrada, con ropa interior de lino. Tiene que atar una faja de lino a su alrededor y ponerse el turbante de lino. Estas son ropas sagradas. Debe lavarse con agua antes de ponérsela.


Moisés hizo pasar a Aarón y a sus hijos y los lavó con agua.


Ese día se abrirá una fuente que brotará continuamenteporque la casa de David y el pueblo de Jerusalén para limpiar su pecado e impureza.


Los purificarás así: Rocíalos con el agua de la purificación. Deben afeitarse todo el pelo de sus cuerpos y lavar su ropa para que estén limpios.


“Sí, yo los bautizo en agua para mostrar arrepentimiento, pero después de mi viene uno que es más grande que yo. Yo no soy siquiera digno de quitar sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.


Como saben, muchos otros han tratado de escribir las cosas que se han cumplido y de las cuales somos partícipes.


“Te digo la verdad, no puedes entrar al reino de Dios a menos que hayas nacido de agua y del Espíritu”, le dijo Jesús.


Cuando ellos escucharon esto, comenzaron a marcharse, uno a uno, comenzado desde el más anciano hasta que Jesús quedó en medio de la multitud con la mujer que aún estaba allí.


Levántate, bautízate y lava tus pecados invocando su nombre’.


“Tú no eres parte de esto. No tienes parte en esta obra, porque ante los ojos de Dios tu actitud está completamente equivocada.


Algunos de ustedes eran así, pero han sido limpiados y santificados. Han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo, y en el Espíritu de nuestro Dios.


Queridos amigos, dado que tenemos estas promesas, limpiémonos de todo lo que contamina nuestro cuerpo y espíritu, procurando la santidad que nace de la reverencia a Dios.


Por él y nuestra fe en él podemos acercarnos a Dios con total confianza y libertad.


Él la santificó, la limpió al lavarse en el agua del mundo,


Siervos, obedezcan a sus amos en la tierra, con el debido respeto y admiración, haciendo las cosas con sinceridad, como si sirvieran a Cristo.


Estos mentirosos hipócritas, cuyas conciencias han sido cauterizadas,


no porque hubiésemos hecho algo bueno, sino por su misericordia. Lo hizo por medio de la limpieza del nuevo nacimiento y renovación del Espíritu Santo,


La ley es apenas una sombra de las cosas buenas que vendrían, y no de la realidad como tal. De modo que no podía justificar a los que venían a adorar a Dios por medio de sacrificios repetitivos que se ofrecían cada año.


Ahora tenemos esta seguridad, hermanos y hermanas, de poder entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús.


Por fe en Dios, Moisés observó la Pascua y la aspersión de la sangre en los dinteles, para que el ángel destructor no tocara a los israelitas.


Han venido a Jesús, quien participa con nosotros de esta nueva relación de pacto; han venido a la sangre esparcida que tiene más valor que la de Abel.


Así que deberíamos acercarnos confiados a Dios, en su trono de gracia, para recibir misericordia, y descubrir la gracia que nos ayuda cuando realmente la necesitamos.


Queremos que cada uno de ustedes demuestre el mismo compromiso y confianza en la esperanza de Dios, hasta que sea cumplida.


(porque la ley nunca perfeccionó nada). Pero ahora ha sido reemplazada por una esperanza mejor, por la cual podemos acercarnos a Dios.


Pues esos son solamente requisitos religiosos, que tienen que ver con la comida y la bebida, y diversas ceremonias que implican el lavamiento, las cuales fueron impuestas hasta que llegó el tiempo en que Dios estableció una nueva forma de relacionarnos con él.


Después que Moisés presentó todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de cabras y becerros junto con agua y roció el libro y también a todo el pueblo, usando lana escarlata e hisopo.


Pero cuando pidan, recuerden confiar en Dios. Háganlo sin dudas. Porque quien duda es como las olas del mar que son llevadas de un lado al otro por el viento.


Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. Laven sus manos, pecadores. Purifiquen sus corazones, ustedes que tienen lealtades divididas.


Ustedes fueron elegidos por Dios, el Padre, en su sabiduría, y son un pueblo santo por el Espíritu, que obedece a Jesucristo y que está rociado con su sangre. Tengan gracia y paz cada vez más.


Esta agua simboliza el bautismo que los salva ahora, no limpiando la suciedad de sus cuerpos, sino como una respuesta positiva a Dios, que surge de una conciencia limpia. La resurrección de Jesús es la que posibilita la salvación.


y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el gobernante de los reyes de la tierra. A Jesús, quien nos ama y nos libertó de nuestros pecados por medio de su sangre,


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