14 El Señor inspiró a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernante de Judá, y al sumo sacerdote Josué, y al resto del pueblo. Y comenzaron la obra en la casa del Señor Todopoderoso.
14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,
14 Entonces el Señor despertó el entusiasmo de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y de Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote, y de todo el remanente del pueblo de Dios. Comenzaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor de los Ejércitos Celestiales,
14 Entonces Yavé tocó el corazón de Zorobabel, de Josué y de todo el pueblo, quienes empezaron la reconstrucción de la Casa de Yavé de los Ejércitos, su Dios.
14 Y YHVH excitó el espíritu de Zorobabel ben Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu del sumo sacerdote Josué ben Josadac, y el espíritu del resto del pueblo. Y ellos acudieron y emprendieron la obra de la Casa de YHVH Sebaot, su Dios,
14 Y Yahveh despertó el espíritu de Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, el espíritu de Josué, hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo. Vinieron, pues, y se pusieron a trabajar en el templo de Yahveh Sebaot, su Dios,
Así que el Dios de Israel animó a Pul, rey de Asiria, (también conocido como Tiglat-Pileser, rey de Asiria), para que invadiera la tierra. Llevó al exilio a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés. Los llevó a Halah, a Habor, a Hara y al río de Gozán, donde permanecen hasta el día de hoy.
En el primer año de Ciro, rey de Persia, para cumplir la profecía del Señor dada por medio de Jeremías, el Señor animó a Ciro, rey de Persia, a que emitiera una proclama en todo su reino y también a que la pusiera por escrito, diciendo:
Para que se cumpliera la profecía del Señor dada a través de Jeremías, el Señor animó a Ciro, rey de Persia, a emitir una proclama en todo su reino y también a ponerla por escrito, diciendo:
Entonces Dios animó a los jefes de familia de Judá y Benjamín, así como a los sacerdotes y a los levitas, a ir y reconstruir el Templo del Señor en Jerusalén.
Entonces Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Jesúa, hijo de Josadac, decidieron empezar a trabajar en la reconstrucción del Templo de Dios en Jerusalén. Los profetas de Dios los animaron y los ayudaron.
Deseamos informar a Su Majestad que fuimos a la provincia de Judá, al Templo del gran Dios. Se está construyendo con grandes piedras, y se están colocando vigas de madera en las paredes. Esta obra se está realizando correctamente y avanza a buen ritmo.
En el segundo año del reinado de Darío, en el primer día del sexto mes, el Señor envió un mensaje a través del profeta Ageo a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y al Sumo Sacerdote Josué, hijo de Josadac.
Entonces Zorobabel, hijo de Sealtiel, el sumo Sacerdote Josué, hijo de Josadac, así como el resto del pueblo, prestaron atención a la palabra del Señor, y a las palabras de Ageo, el profeta que el Señor su Dios había enviado. El pueblo mostró reverencia ante el Señor.
Así que, mis queridos hermanos y hermanas: sean fuertes, permanezcan firmes, haciendo todo lo que puedan por la obra del Señor, pues saben que ninguna cosa que hagan por él es en vano.
provea todo lo bueno para ustedes a fin de que puedan cumplir su voluntad. Que obre en nosotros, haciendo su voluntad, por medio de Jesucristo, a él sea la gloria por siempre y para siempre. Amén.