¿Pero acaso no expulsaron a los sacerdotes del Señor, a los descendientes de Aarón y a los levitas, y se hicieron sacerdotes como los de otras naciones? Ahora cualquiera que quiera puede venir y dedicarse, sacrificando un novillo y siete carneros, y puede hacerse sacerdote de cosas que realmente no son dioses.
“¿Quién es este ‘Señor’ para que yo escuche su petición de dejar ir a Israel?” respondió El Faraón. “¡No conozco al Señor y ciertamente no dejaré que Israel se vaya!”
Derrama tu furia sobre las naciones que no te reconocen como Dios, y sobre sus familias que no te adoran. Porque han destruido completamente a los israelitas, aniquilándonos. Han devastado nuestro país.
¿Ha cambiado alguna vez una nación sus dioses? ¡Aunque no sean ni siquiera dioses en absoluto! Sin embargo, mi pueblo ha cambiado a su glorioso Dios por ídolos inútiles.
¿Por qué habría de perdonarlos? Tus hijos me han abandonado y creen en dioses que no son dioses. Les he dado todo lo que necesitan, y sin embargo han ido a cometer adulterio, reuniéndose en casas de prostitutas.
Y mientras caminaba, viendo sus santuarios, encontré un altar que tenía la inscripción, ‘A un Dios no conocido’. Este Dios no conocido a quien ustedes adoran es el que yo les estoy describiendo.
Como no consideraron la importancia de conocer a Dios, él los dejó a merced de su forma de pensar inútil e infiel, y dejó que hicieran lo que nunca debe hacerse.
¿Acaso Dios ha convertido la sabiduría de este mundo en necedad? Puesto que Dios en su sabiduría no permitió que el mundo lo conociera por medio de su propia sabiduría, sino que su plan de gracia fue que por la necedad de la buena noticia fueran salvados los que creyeran en él.
De modo que en cuanto a comer los alimentos sacrificados a ídolos: sabemos que no existe tal cosa como los ídolos en el mundo, y que hay solo un Dios verdadero.
Ellos, en la oscuridad de sus mentes no entienden, y han sido separados de la vida de Dios porque no saben nada y por su terquedad tampoco quieren saber.
De hecho, todos hablan acerca del maravilloso recibimiento que ustedes nos dieron y cómo abandonaron los ídolos y se volvieron a Dios para servirle como al Dios viviente y verdadero,
Pero si no quieren adorar al Señor, ¡elijan hoy a quién quieren adorar! ¿Adorarána los dioses que adoraron sus antepasados más allá del Éufrates? ¿O a los dioses de los amorreos en cuya tierra viven ahora? Pero yo y mi familia adoraremos al Señor”.
Josué dijo a todo el pueblo: “El Señor, el Dios de Israel, dice esto: ‘Hace mucho, mucho tiempo, tus antepasados, incluso Taré, padre de Abraham y de Nacor, vivían más allá del río Éufrates, y adoraban a otros dioses.
En el pasado vivieron mucho tiempo siguiendo los caminos del mundo: inmoralidad, complacencia sexual, orgías, fiestas, borracheras, e idolatría abominable.
¡Miren el amor que tiene el Padre para con nosotros! Por eso podemos ser llamados hijos de Dios, ¡porque eso es lo que somos! La razón por la que el mundo no nos reconoce como hijos de Dios es porque no lo reconocen a él.