como el momento en que los judíos descansaban de su victoria sobre sus enemigos, y como el mes en que su tristeza se convertía en alegría y su luto en un tiempo de celebración. Les escribió que observaran los días como días de fiesta y alegría y que se dieran regalos de comida unos a otros y regalos a los pobres.
Porque Amán, hijo de Hamedata, el agagueo, enemigo de todos los judíos, había tramado destruir a los judíos, y había echado “pur” (es decir, una “suerte”) para aplastarlos y destruirlos.