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Efesios 2:19 - Versión Biblia Libre

19 Esto significa que ya ustedes no son extranjeros, sino conciudadanos del pueblo de Dios y pertenecen a la familia de Dios

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Biblia Reina Valera 1960

19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Así, pues, ya no son extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; ustedes son de la casa de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Así pues ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Así, pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que compartís la ciudadanía del pueblo santo y sois de la familia de Dios,

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Efesios 2:19
14 Referans Kwoze  

ellos deben estar satisfechos con llegar a ser como su maestro, y los siervos como su amo. Si a quien es la cabeza del hogar le han llamado demonio Belcebú, ¡aún más llamarán demonios a los demás miembros de esta casa!


Así que mientras tengamos tiempo, hagamos bien a todos, especialmente a los que pertenecen a la familia de la fe.


que una vez no tenían relación con Cristo. Ustedes estaban excluidos como extranjeros de ser ciudadanos de Israel, extraños respecto al pacto que Dios había prometido. No tenían esperanza y vivían en el mundo sin Dios.


de quien todas las familias del cielo y de la tierra reciben su naturaleza y carácter,


que los extranjeros son herederos también, parte del mismo cuerpo, y en Cristo Jesús comparten en la promesa por medio de la buena noticia.


Pero nuestra patria es el cielo, y esperamos un salvador, al Señor Jesucristo, que también vendrá de ella.


Y todos ellos murieron creyendo aún en Dios. Aunque no recibieron las cosas que Dios prometió, todavía las esperaban, como desde la distancia y lo aceptaron gustosos, sabiendo que eran extranjeros en esta tierra, pasajeros solamente.


Pues no tenemos una ciudad permanente en la cual vivir aquí, sino que esperamos un hogar que está por venir.


Amigos míos, les ruego como si fueran extranjeros en este mundo, que no se rindan ante los deseos físicos que están en oposición a lo espiritual.


¡Miren el amor que tiene el Padre para con nosotros! Por eso podemos ser llamados hijos de Dios, ¡porque eso es lo que somos! La razón por la que el mundo no nos reconoce como hijos de Dios es porque no lo reconocen a él.


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