Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Deuteronomio 32:6 - Versión Biblia Libre

6 ¿Es esta la manera de pagar al Señor, pueblo tonto y estúpido? ¿No es tu Padre quien te ha creado? ¿No es él quien te convirtió en una nación y te hizo fuerte?

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¿Es así como le pagas al Señor, pueblo necio y sin entendimiento? ¿No es él tu Padre, quien te creó? ¿Acaso no te formó y te estableció?

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¿Así pagas a Yavé, pueblo tonto y estúpido? ¿No es él tu Padre, el que te creó, el que te hizo y te estableció?

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

6 ¿Así pagáis a YHVH, Pueblo necio e insensato? ¿No es Él tu Padre que te creó? ¿No te hizo Él y te estableció?

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 ¿Así pagas a Yahveh, pueblo necio e insensato? ¿No es él tu padre, el que te creó, el que te hizo y te dio consistencia?

Gade chapit la Kopi




Deuteronomio 32:6
39 Referans Kwoze  

Hiciste tuyo a tu pueblo Israel para siempre, y tú, Señor, te has convertido en su Dios.


Me hiciste y me diste forma con tus propias manos, y sin embargo me destruyes.


¡Sepan que el Señor es Dios! Él nos creó, y le pertenecemos. Somos su pueblo, el rebaño por el cual se preocupa.


¿Qué puedo darle al Señor en agradecimiento por todo lo que ha hecho por mí?


Que Israel celebre a su Creador. Que el pueblo de Sión se alegre en su Rey.


No olvides cómo el enemigo te ha ridiculizado, Señor, y con cuanto irrespeto han insultado tu nombre.


Recuerda al pueblo que formaste hace mucho tiempo. La tribu que redimiste e hiciste tuya. Recuerda también al monte de Sión, tu casa.


Vengan, entremos y adoremos, arrodillémonos ante el Señor nuestro creador.


El terror y el miedo caerán sobre ellos. Señor, debido a tu gran poder, estarán quietos como una piedra hasta que tu pueblo pase, hasta que pase el pueblo que compraste.


Pero esto es lo que debes decirle al Faraón: ‘Esto es lo que dice el Señor: Israel es mi hijo primogénito.


¡Cielos, escuchen! ¡Tierra, presta atención! Porque el Señor ha hablado! Yo crié hijos, y los cuidé, pero ellos se han rebelado contra mí.


Sus ramas secas serán arrancadas y utilizadas por las mujeres para hacer fuego. Este es un pueblo que no tiene sentido común, por lo que su Creador no se compadecerá de él, y su Creador no lo ayudará.


Pero ahora esto es lo que el Señor dice a Jacob, el que te creó; a Israel, el que te formó: “¡No tengas miedo! Yo te he salvado. Te he llamado por tu nombre; eres mío.


Que vuelvan todos los que llevan mi nombre, los que he creado para mi honor, a los que he formado y creado.


Esto es lo que dice el Señor, el que te hizo, el que te formó en el vientre y el que te ayudará: No temas, Jacob, siervo mío, Jesurún, el que yo he elegido.


Pero sigues siendo nuestro Padre, aunque Abraham no nos conozca e Israel no nos reconozca. Tú, Señor, eres nuestro Padre; siempre te has llamado nuestro Redentor desde hace mucho tiempo.


Pero tú, Señor, eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro, tú eres el alfarero. Nos has hecho con tus propias manos.


“Mi gente es estúpida; no me conocen. Son niños tontos que no entienden. Son expertos en hacer el mal, pero no saben hacer el bien”.


Escuchen esto, pueblo necio y estúpido, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye.


Sufren dolor de parto, tratando de dar a luz un hijo que no es “sabio” porque no estará en la posición correcta cuando llegue su tiempo.


Un hijo honra a su padre, y un siervo respeta a su amo. Si yo soy su padre, ¿dónde está mi honra? Si soy su amo, ¿dónde está el respeto que me merezco? dice el Señor Todopoderoso entre tus sacerdotes que han mostrado desprecio por mi. Pero tú preguntas: “¿Cómo hemos mostrado desprecio por ti?”


Ustedes están haciendo lo que hace el padre de ustedes”. “Pues nosotros no somos hijos ilegítimos”, respondieron ellos. “¡Solo Dios es nuestro padre!”


Cuídense ustedes mismos y cuiden el rebaño, el cual les ha sido encomendado por el Espíritu Santo para que cuiden de él. Alimenten la iglesia del Señor, la cual ha comprado con su propia sangre.


No se les ha dado un espíritu de esclavitud ni de temor una vez más. No, lo que recibieron fue el espíritu que los convierte en hijos, para que estén dentro de la familia de Dios. Ahora podemos decir a viva voz: “¡Dios es nuestro Padre!”


Ustedes no se pertenecen. ¡Alguien pagó un precio por ustedes! ¡Así que glorifiquen a Dios en sus cuerpos!


Porque ustedes son hijos de Dios por medio de su fe en Jesucristo.


Para demostrar que ustedes son sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, haciéndonos clamar: “Abba”, que quiere decir “Padre”.


Lo mismo hizo en el desierto, y ustedes vieron cómo el Señor su Dios los llevó como un padre lleva a su hijo durante todo el viaje hasta que llegaron aquí”.


Ustedes son los hijos del Señor su Dios. No se mutilen ni se afeiten la frente como hacen los paganos cuando lloran a los muertos,


Pero Israel, te engordaste y te rebelaste: con grasa, sobrepeso y llenura de comida. Abandonaste al Dios que te hizo y despreciaste la Roca de tu salvación.


Abandonaste a la Roca que te engendró; olvidaste al Dios que te dio a luz.


Israel es una nación que no piensa con claridad; ninguno de ellos entiende nada.


Pero así como había falsos profetas entre el pueblo en ese entonces, habrá falsos maestros entre ustedes. Y sutilmente introducirán enseñanzas destructivas, incluso negando al Señor que los redimió, y trayendo rápida destrucción sobre sí mismos.


¡Miren el amor que tiene el Padre para con nosotros! Por eso podemos ser llamados hijos de Dios, ¡porque eso es lo que somos! La razón por la que el mundo no nos reconoce como hijos de Dios es porque no lo reconocen a él.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite