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Deuteronomio 23:5 - Versión Biblia Libre

5 Pero el Señor tu Dios se negó a escuchar a Balaam. El Señor tu Dios convirtió lo que debía ser una maldición en una bendición para ti porque el Señor tu Dios te ama.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Mas no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Pero el Señor tu Dios se negó a escuchar a Balaam y convirtió esa maldición en bendición, porque el Señor tu Dios te ama.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Porque, cuando ustedes venían de Egipto, no les salieron al encuentro con pan y agua sino que trajeron a Balaam, hijo de Beor de la ciudad de Petar en Mesopotamia, para que los maldijera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Pero YHVH tu Dios no quiso oír a Balaam, sino que YHVH tu Dios te convirtió la maldición en bendición,° porque YHVH tu Dios te ama.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 porque no salieron a vuestro encuentro al camino con pan y agua, cuando salisteis de Egipto, y porque el moabita alquiló contra ti, para maldecirte, a Balaán, hijo de Beor, de Petor, en Aram Naharáin.

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Deuteronomio 23:5
23 Referans Kwoze  

Tal vez el Señor vea cómo estoy sufriendo y me pague con bien sus maldiciones de hoy”.


porque no habían traído comida ni agua cuando se encontraron con los israelitas, sino que habían contratado a Balaam para que les echara una maldición, aunque nuestro Dios convirtió esa maldición en una bendición.


Dios es ciertamente bueno con Israel. Con los que tienen pureza en sus mentes.


La maldición no caerá sobre la persona que no la merece. Será como el ave o la golondrina que revolotean.


Hace tiempo, el Señor vino y nos dijo: Mi amor por ustedes durará para siempre. Los mantengo cerca de mí con mi amor infinito.


“Cuando volví a pasar por allí, te miré y vi que estabas en edad de hacer el amor. Así que extendí mi manto sobre ti y cubrí tu cuerpo desnudo. Me comprometí contigo e hice un acuerdo solemne contigo, y te hice mía, declara el Señor Dios.


Pueblo mío, recuerden lo que Balac, el rey de Moab, estaba planificando hacer, y lo que Balaam, el hijo de Beor le dijo; y lo que sucedió desde Sitín hasta Guilgal, a fin de que conozcan las cosas buenas que hace el Señor.


Yo te he amado, dice el Señor. Pero tú preguntas: “¿Cómo nos has amado?” ¿Acaso no era Esaú el hermano de José? responde el Señor. Pero yo amé a José


El ángel del Señor le dijo a Balaam, “No, puedes ir con los hombres, pero sólo di lo que yo te diga”. Así que Balaam continuó con los oficiales de Balac.


Envió mensajeros para llamar a Balaam, hijo de Beor, que vivía en Petor, cerca del río Éufrates en su propio país. “Escuchen, ha llegado aquí un grupo de personas que vinieron de Egipto”, dijo Balac en su mensaje a Balaam. “Hay hordas de ellos y representan una verdadera amenaza para nosotros.


Son como un león que se agacha y se acuesta. Son como una leona que nadie se atreve a molestar. Quienes los bendigan serán bendecidos; y quienes los maldigan serán malditos”.


Aunque ellos son enemigos de la buena noticia, —y esto los beneficia a ustedes—aún son el pueblo escogido y amado por causa de sus ancestros.


¿Cuál es, entonces, nuestra respuesta a todo esto? Si Dios está a nuestro favor, ¿quién puede estar en contra de nosotros?


Como dice la Escritura: “Yo escogí a Jacob, pero rechacé a Esaú”.


Estas tribulaciones triviales que tenemos, apenas duran un poco de tiempo, pero producen para nosotros gloria eterna.


como nos permitieron los descendientes de Esaú que viven en Seir y los moabitas que viven en Ar, hasta que crucemos el Jordán hacia el país que el Señor nuestro Dios nos da’”.


Cuánto amas al pueblo; tienes a todos los santos en tu mano. Se sientan a tus pies para escuchar tus palabras:


Porque amó a sus antepasados, los eligió a ustedes, su descendencia. Él mismo los sacó de Egipto con su gran poder,


Pero no estaba dispuesto a escuchar a Balaam, así que en su lugar te bendijo repetidamente y te salvó de Balac.


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