2 Crónicas 36:18 - Versión Biblia Libre

¹⁸ Se llevó a Babilonia todos los artículos, grandes y pequeños, del Templo de Dios, del tesoro del Templo, del rey y de sus funcionarios.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁸ Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁸ El rey se llevó a Babilonia todos los objetos, grandes y pequeños, que se usaban en el templo de Dios, y los tesoros tanto del templo del Señor como del palacio del rey y de sus funcionarios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁸ Todos los objetos de la Casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la Casa de Yavé y los tesoros del rey y de sus jefes, todo se lo llevó a Babilonia.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁸ Y todos los utensilios de la Casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la Casa de YHVH, y los tesoros del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁸ Se llevó a Babilonia todos los objetos del templo de Dios, grandes y pequeños; los tesoros del templo de Yahveh y los del rey y de sus jefes.

2 Crónicas 36:18 Referans Kwoze

2 Crónicas 36:10

En la primavera del año, el rey Nabucodonosor lo llamó y lo llevó a Babilonia, junto con objetos valiosos del Templo del Señor, e hizo que el tío de Joaquín Sedequías rey sobre Judá y Jerusalén.

2 Crónicas 36:7

Nabucodonosor también tomó algunos objetos del Templo del Señor, y los puso en su templo en Babilonia.

Isaías 39:6

Puedes estar seguro de que se acerca el momento en que todo lo que hay en tu palacio, y todo lo que tus antepasados han guardado hasta ahora, será llevado a Babilonia. No quedará nada, dice el Señor.

Lamentaciones 1:10

El invasor ha robado todos sus tesoros. Incluso tuvo que ver cómo las naciones paganas entraban en su santuario, gente a quienes tú les habías prohibido entrar.

Daniel 5:3

Así pues, trajeron las copas y los vasos de oro que habían sido tomados del Templo de Dios en Jerusalén. El rey y sus nobles, sus esposas y concubinas, bebieron de ellos.

Zacarías 1:6

Todas mis instrucciones y advertencias, que comuniqué a través de mis siervos los profetas, ¿acaso no se cumplieron en sus padres antepasados? Por eso se arrepintieron y dijeron: “Lo que el Señor Todopoderoso quería hacer con nosotros era lo que merecíamos por nuestros caminos y maldad. Por eso hizo lo que prometió”.