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2 Crónicas 14:12 - Versión Biblia Libre

12 El Señor hirió a los etíopes frente a Asa y Judá, y los etíopes huyeron.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Entonces el Señor derrotó a los etíopes en presencia de Asa y del ejército de Judá, y el enemigo huyó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Asá y la gente que estaba con él los persiguieron hasta Guerar y cayeron de los etíopes hasta no quedar uno vivo, pues fueron destrozados delante de Yavé y su campamento; y se recogió un botín inmenso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y YHVH derrotó a los etíopes delante Asa y de Judá, y los etíopes huyeron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Asá y su ejército los persiguieron hasta Guerar. Cayeron tantos etíopes que no quedó uno vivo, porque quedaron exterminados ante Yahveh y su ejército. Y se llevaron un grandísimo botín.

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2 Crónicas 14:12
17 Referans Kwoze  

y el territorio de los caananitas se extendió desde Sidón hasta Guerar y hasta Gaza, luego hacia Sodoma, Gomorra Admá, y Zeboyín, hasta Lasa.


Capturaron el ganado de sus enemigos: cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos. También capturaron a cien mil personas,


Vino de Egipto con 1.200 carros, 60.000 jinetes y un ejército que no se podía contar Egipto: libios, siquenos y cusitas.


y los hombres de Judá dieron un fuerte grito. Cuando gritaron, Dios hirió a Jeroboam y a todo Israel frente a Abías y a Judá.


Ese día sacrificaron al Señor setecientos bueyes y siete mil ovejas del botín que habían traído.


En cuanto empezaron a cantar y a alabar, el Señor tendió una emboscada a los hombres de Amón, Moab y el monte Seír que venían a atacar a Judá, y fueron derrotados.


Nuestra fuerza está en Dios, y él destruirá a nuestros enemigos.


El mismo día en que terminaron los 430 años, todas las tribus del Señor, por sus respectivas divisiones, salieron de Egipto.


Ese mismo día el Señor sacó a las tribus israelitas de Egipto, una por una.


Hizo que las ruedas de sus carros se atascaran, por lo que les resultaba difícil conducir. Los egipcios gritaron: “¡Retírense! ¡Debemos huir de los israelitas porque el Señor está luchando en favor de ellos contra nosotros!”


¿No son los etíopes tan importantes para mi como lo son ustedes, pueblo de Israel? – pregunta el Señor. Sí, yo saqué a los israelitas de la tierra de Egipto, pero también saqué a los filisteos de Creta, así como a los sirios los saqué de Quir.


pero alabemos a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.


Es por eso que me apresuro a correr en la dirección correcta. Peleo teniendo un blanco, no golpeando al aire.


El Señor derrotará a los enemigos que vengan a atacarte. Vendrán a ti desde una dirección, pero se dispersarán por siete caminos diferentes.


¡Escuchen! ¡Yo soy el único Dios! ¡No hay otro Dios excepto yo! Traigo la muerte y doy la vida; hiero y curo. Nadie puede ser rescatado de mi poder.


El Señor hizo entrar en pánico a los ejércitos amorreos cuando vieron a los israelitas. Los abatió con un gran golpe en Gabaón; los persiguió hasta Bet-horón, y los redujo en el camino hacia Azeca y Maceda.


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