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1 Timoteo 2:7 - Versión Biblia Libre

7 Fui designado para compartir este mensaje y ser su mensajero, ser un maestro para los extranjeros sobre la fe en Dios y la verdad (no miento, digo la verdad).

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Y yo fui elegido como predicador y apóstol para enseñarles a los gentiles este mensaje acerca de la fe y la verdad. No estoy exagerando, solo digo la verdad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Este es el mensaje del que Dios me ha hecho predicador y apóstol -yo no miento y es pura verdad-: enseño a las naciones en forma creíble y sin errores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 para lo cual yo fui puesto como predicador y apóstol (digo verdad,° no miento), maestro de los gentiles en fe y verdad.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 De este testimonio he sido yo nombrado heraldo y apóstol -digo la verdad, no miento-, para instruir a los gentiles en la fe y en la verdad.

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1 Timoteo 2:7
27 Referans Kwoze  

Todo lo que hace es justo; y sus mandamientos son confiables.


Yo soy el Maestro, y fui rey sobre Israel, reinando desde Jerusalén.


Esto es lo que descubrí después de sumar dos y dos juntos para intentar averiguar qué significaba todo aquello, dice el Maestro.


Los judíos se decían unos a otros: “¿A dónde irá que no podremos encontrarlo? ¿Acaso está planeando irse donde están las personas dispersas entre los extranjeros, y les enseñará a ellos?


Y cuando llegaron, reunieron a toda la iglesia y les informaron todo lo que el Señor había hecho por medio de ellos y cómo había abierto las puertas para que los extranjeros creyeran en él.


“Y el Señor me dijo: ‘Sal ahora, porque yo te voy a enviar muy lejos, donde están los extranjeros’”.


Primero en Damasco, luego en Jerusalén y luego en toda Judea y también a los extranjeros les prediqué el mensaje de arrepentimiento: cómo deben volverse a Dios, demostrando su arrepentimiento por medio de sus acciones.


Pero el Señor le dijo: “Ve, porque él es la persona a la cual he escogido para llevar mi nombre a los extranjeros y reyes, así como a Israel.


Siempre estoy orando por ustedes, tal como Dios mismo puede confirmarlo, el Dios al cual sirvo con todo mi corazón al compartir la buena noticia de su Hijo.


Pero ¿cómo podrá la gente invocar a alguien en quien no creen? ¿Cómo podrían creer en alguien de quien no han escuchado hablar? ¿Y cómo podrían escuchar si no se les habla?


Ahora déjenme hablarles a ustedes, extranjeros. En tanto que soy un misionero para los extranjeros, promuevo lo que hago


de ser un ministro de Jesucristo para los extranjeros, como un sacerdote que predica la buena noticia de Dios, a fin de que puedan convertirse en una ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo.


Yo estoy en Cristo, y lo que digo es verdad. ¡No les miento! Mi conciencia y el Espíritu Santo confirman


¿No soy libre? ¿No soy un apóstol? ¿No he visto a Jesús, nuestro Señor? ¿Acaso no son ustedes fruto de mi obra en el Señor?


El Dios y Padre del Señor Jesús—sea él alabado por siempre—sabe que no miento.


en revelarme a su Hijo, a fin de que pudiera anunciar la buena noticia a las naciones, y esto no lo discuto con nadie.


(¡Permítanme asegurarles ante Dios que no miento sobre las cosas que les estoy escribiendo!)


pero sabemos que nadie es justificado por hacer lo que la ley exige, sino solo por la fe en Jesucristo. Nosotros hemos confiado en Cristo Jesús a fin de que pudiéramos ser justificados al poner nuestra confianza en Cristo, y no por hacer lo que la ley dice, porque nadie es justificado por la observación de los requisitos de la ley”.


y cuando reconocieron también la gracia que me había sido dada, entonces Santiago, Pedro y Juan, quienes llevaban la responsabilidad de ejercer el liderazgo de la iglesia, estrecharon sus manos conmigo y Bernabé, aceptándonos como sus compañeros de trabajo.


En consecuencia, los que creen en Dios son bendecidos junto a Abraham, que confió en Dios.


Fui designado como predicador, apóstol y maestro de esta buena noticia.


Dios tampoco perdonó al mundo antiguo, pero protegió a Noé, quien le predicó a la gente sobre el Dios justo. Él fue una de las ocho personas que se salvaron cuando Dios envió un diluvio sobre un mundo de personas malvadas.


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