Esto se debe a que me han abandonado y se han inclinado a adorar a Astoret, diosa de los sidonios, a Quemos, dios de los moabitas, y a Moloc, dios de los amonitas. No han seguido mis caminos; no han hecho lo que es justo a mis ojos; no han guardado mis mandamientos y mis leyes como lo hizo David, el padre de Salomón.
y vuelven a ti con total sinceridad en sus pensamientos y actitudes allí en su tierra de cautiverio; y oran mirando hacia la tierra que les diste a sus antepasados, la ciudad que elegiste y el Templo que he construido para honrarte,
También demolió el altar de Betel, el lugar alto erigido por Jeroboam, hijo de Nabat, que había hecho pecar a Israel. Luego quemó el lugar alto, lo redujo a polvo y quemó el poste de Asera.
Asiria no puede salvarnos, y no escaparemos con nuestros caballos de guerra, ni volveremos a decir: ‘ustedes son nuestros dioses’ a los ídolos que hemos hecho. Porque los huérfanos hallan misericordia en ti”.
Efraín, ¿hasta cuándo tendré que advertirte sobre la idolatría? Ya he contestado y ahora espero. Soy como el árbol siempre verde, y de mí nace tu fruto.
Entonces Samuel le dijo a todo Israel: “Si desean sinceramente volver al Señor, desháganse de los dioses extranjeros y de las imágenes de Astoret, entréguense al Señor y adórenlo sólo a él, y él los salvará de los filisteos”.