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1 Samuel 25:28 - Versión Biblia Libre

28 Por favor, perdona cualquier ofensa que yo, tu sierva, haya cometido, porque el Señor está seguro de establecer una dinastía para ti que durará mucho tiempo, porque tú, señor, peleas las batallas del Señor. La maldad no debe encontrarse en ti mientras vivas.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Le ruego que me perdone si lo he ofendido en alguna manera. El Señor seguramente lo recompensará con una dinastía duradera, porque usted pelea las batallas del Señor y no ha hecho mal en toda su vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Perdona, por favor, la falta de tu sierva. En verdad Yavé hará inconmovible la casa de mi señor porque tú eres el combatiente de las guerras de Yavé y nunca se te ha sorprendido en una falta durante toda tu vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Te ruego que perdones la transgresión de tu sierva, por cuanto YHVH hará ciertamente a mi señor una casa segura, porque mi señor pelea las batallas de YHVH, y la iniquidad no se hallará en ti en todos° tus días.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Perdona, te suplico, la falta de tu sierva, porque Yahveh hará una casa estable a mi señor, puesto que mi señor combate las guerras de Yahveh, y el mal no te alcanzará en tus días.

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1 Samuel 25:28
31 Referans Kwoze  

Antes, cuando Saúl era nuestro rey, tú eras el que dirigía el ejército israelita en la batalla. El Señor te dijo: ‘Tú serás el pastor de mi pueblo Israel y serás su gobernante’”.


desde que puse jueces a cargo de mi pueblo. Derrotaré a todos sus enemigos. “También quiero dejar claro que yo, el Señor, les construiré una casa.


Tu casa y tu reino serán eternos; tu dinastía estará segura para siempre”.


Señor Todopoderoso, Dios de Israel, tú me lo has revelado a mí, tu siervo, diciéndome: ‘Voy a construir una casa para ti’. Por eso tu siervo ha tenido el valor de hacerte esta oración.


Abías cometió todos los pecados que su padre había cometido antes que él. No estaba totalmente dedicado al Señor su Dios como lo había estado su antepasado David.


Porque David había hecho lo que era justo ante los ojos del Señor, y no se había desviado de nada de lo que el Señor había ordenado durante toda su vida, excepto en el caso de Urías el hitita.


entonces aseguraré tu trono para siempre. Yo hice este pacto con tu padre David, diciéndole: ‘Siempre tendrás un descendiente que gobierne sobre Israel’.


desde que puse jueces a cargo de mi pueblo. Derrotaré a todos sus enemigos. “También quiero dejar claro que yo, el Señor, les construiré una casa.


“Tú, Dios mío, me has explicado a mí, tu siervo, que me construirás una casa. Por eso tu siervo ha tenido el valor de orar a ti.


Él dijo: “Escuchen todos los de Judá, el pueblo de Jerusalén y el rey Josafat. Esto es lo que el Señor tiene que decirles: No tengan miedo ni se desanimen por culpa de este gran ejército. Esta no es su batalla, ¡es la de Dios!


Si he hecho aquello de lo que me acusan, si mis manos son culpables,


Me aseguraré de que su linaje real dure para siempre; su dinastía continuará, y será tan extensa como los cielos.


No esperes que le pase nada malo a Jacob; no se prevé ningún problema para Israel. El Señor su Dios está con ellos; lo celebran como su rey.


De la misma manera, ustedes deben dejar que su luz brille delante de todos a fin de que ellos puedan ver las cosas buenas que ustedes hacen y alaben a su Padre celestial.


“Para nosotros esta sentencia es justa porque estamos siendo castigados por lo que hicimos, pero este hombre no hizo nada malo”.


Cuando el centurión vio lo que había ocurrido, alabó a Dios y dijo: “Sin duda alguna este hombre era inocente”.


Samuel le dijo: “¡El Señor te ha arrancado hoy el reino de Israel y se lo ha dado a tu prójimo, a uno que es mejor que tú!


Todos los aquí reunidos se darán cuenta de que el Señor salva, pero no con espada y lanza. Porque la batalla es del Señor, y él nos entregará a todos los filisteos”.


Un día Saúl le dijo a David: “Aquí está mi hija mayor, Merab. Te la daré en matrimonio, pero sólo si me demuestras que eres un guerrero valiente y luchas en las batallas del Señor”. Porque Saúl pensaba: “No hace falta que sea yo quien lo mate; que lo hagan los filisteos”.


Yo elegiré para mí a un sacerdote digno de confianza que hará lo que realmente quiero, lo que tengo en mente. Me aseguraré de que él y sus descendientes sean dignos de confianza y que siempre sirvan a mi ungido.


“¿Quién de todos tus oficiales es tan confiable como David, el yerno del rey? ¡Él está a cargo de su escolta, y es muy respetado en su familia!” respondió Ahimelec.


¡Mira, padre mío! ¿Ves este pedazo de tu túnica que estoy sosteniendo? Sí, te lo he cortado, pero no te he matado. Ahora puedes verlo por ti mismo y puedes estar seguro de que no he hecho nada malo ni rebelde. No he pecado contra ti, pero tú me persigues, tratando de matarme.


Entonces le dijo a David: “Tú eres mejor persona que yo, porque me has pagado con el bien, pero yo te he pagado con el mal.


Ahora júrame por el Señor que no destruirás a mis descendientes que me siguen y que no borrarás mi nombre de mi linaje”.


Los hombres de David le dijeron: “Hoy es el día que el Señor te prometió al decirte: ‘Escucha, voy a entregarte a tu enemigo, para que hagas con él lo que quieras’”. Entonces David se acercó sigilosamente y cortó un trozo del borde del manto de Saúl.


Cayendo a sus pies en señal de respeto, le dijo: “Señor, acepto toda la responsabilidad por lo que ha sucedido. Por favor, escuche lo que yo, su sierva, tengo que decir.


Pero los jefes filisteos preguntaron: “¿Qué hacen aquí estos hebreos?” Entonces Aquis les respondió a los comandantes filisteos: “Ese es David, un oficial del rey Saúl de Israel. Lleva mucho tiempo conmigo, incluso años, y no he encontrado ninguna falta en él desde el día en que se pasó a nuestro lado hasta ahora”.


Cuando David regresó a Siclag, envió parte del botín a cada uno de sus amigos entre los ancianos de Judá, diciendo: “Aquí tienen un regalo para ustedes del botín de los enemigos del Señor”.


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