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1 Reyes 4:20 - Versión Biblia Libre

20 Judá e Israel habían llegado a ser tan numerosos como la arena en la orilla de la fuente de metal. Comían, bebían y eran felices.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 Judá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y alegrándose.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 La gente de Judá y de Israel era tan numerosa como la arena a la orilla del mar. Todos estaban muy satisfechos y tenían suficiente para comer y beber.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Cada uno de esos gobernadores aseguraba durante todo un mes la mantención de Salomón y de todos los que comían de la mesa del rey. Velaban para que nada faltara y, según las órdenes que habían recibido,

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Judá e Israel eran tan numerosos como la arena que está junto al mar en multitud; y comían, bebían y se regocijaban.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Judá e Israel eran tan numerosos como las arenas en las orillas del mar: comían y bebían, felices y contentos.

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1 Reyes 4:20
20 Referans Kwoze  

Y tendrás tantos descendientes que serán como el polvo de la tierra. ¡Quien quiera contara tus descendientes será quien pueda contar el polvo de la tierra!


Entonces el Señor llevó a Abrán afuera y le dijo: “Mira al cielo, y dime si puedes contar las estrellas.¡Así será la cantidad de descendientes que tendrás!”


puedes estar seguro de que te bendeciré y te daré muchos descendientes. Serán tan numerosos como las estrellas del cielo y la arena del mar, y conquistarán a sus enemigos.


Tú mismo me dijiste: ‘Sin duda alguna te trataré bien. Haré que tus descendientes sean tan numerosos como la arena de la playa, demasiados para contarlos’”.


Yo, tu siervo, estoy aquí en medio de tu pueblo elegido, un gran pueblo que es tan numeroso que no se puede contar.


Dios le dio a Salomón sabiduría, un discernimiento muy grande y un entendimiento tan extenso como la arena de la orilla de la fuente de metal.


Mis obreros bajarán los troncos desde el Líbano hasta el mar, y los haré flotar en balsas por mar hasta donde tú decidas. Allí haré romper las balsas, y tú podrás llevarte los troncos. A cambio, me gustaría que me proporcionaras comida para mi casa”.


No escuchen a Ezequías. Esto es lo que dice el rey: Haz un tratado de paz conmigo y ríndete a mí. Así cada uno comerá de su propia vid y de su propia higuera, y beberá agua de su propio pozo.


Se quedaron allí tres días, comiendo y bebiendo juntos, pues sus parientes les habían proporcionado provisiones.


Pero tendrás un hijo que será un hombre de paz. Le daré la paz de todos sus enemigos en las naciones de alrededor. Salomón será su nombre, y concederé paz y tranquilidad a Israel durante su reinado.


Mientras él seguía hablando llegó otro mensajero y dijo: “Tus hijos e hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano mayor,


La gloria de un rey es la cantidad de súbditos que tiene, porque un gobernante no es nadie sin ellos.


Entonces, ¿qué es lo mejor que puedes hacer? Comer, beber y disfrutar de tu trabajo, reconociendo como yo que estas cosas nos son dadas por Dios,


Pero lugar de eso siguen con sus fiestas alegres. Sacrifican el ganado y las ovejas para poder hacer sus fiestas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: “¡Comamos y bebemos, porque mañana vamos a morir!”


Todos podrán sentarse bajo sus viñedos y sus higueras, pues no habrá quien los atemorice. ¡Yo, el Señor Todopoderoso he hablado!


Ese día, todos invitarán a sus amigos a sentarse en paz bajo sus vides e higueras, dice el Señor Todopoderoso”.


El Señor Todopoderoso los protegerá. Destruirán a sus enemigos y los conquistarán con hondas. Ellos beberán y gritarán como borrachos. Estarán llenos como una taza, empapados como las esquinas de un altar.


Día tras día siguieron reuniéndose en el Templo, y comían juntos en sus casas. Disfrutaban de las comidas con humildad y alegría. Alababan a Dios, y todos pensaban bien de ellos.


Entonces llevó a David hasta donde los amalecitas, quienes estaban esparcidos por todo el lugar, comiendo, bebiendo y bailando debido al gran botín que habían tomado de las tierras de los filisteos y de Judá.


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