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1 Reyes 20:35 - Versión Biblia Libre

35 A raíz de un mensaje que recibió del Señor, uno de los hijos de los profetas le dijo a su colega: “Por favor, pégame”. Pero el hombre se negó a pegarle.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Entonces un varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Hiéreme ahora. Mas el otro no quiso herirle.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Mientras tanto, el Señor le ordenó a un miembro del grupo de profetas que le dijera a otro: «¡Golpéame!»; pero el hombre se negó a golpearlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 En ese mismo momento un hermano profeta decía a su compañero por orden de Yavé: '¡Pégame!' Pero el otro no quiso pegarle.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Entonces cierto varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero, por la palabra de YHVH: ¡Golpéame ahora! Pero el hombre rehusó golpearle.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Uno de los hijos de los profetas dijo a su compañero por orden de Yahveh: '¡Hiéreme, por favor!'. Pero él se negó a herirle.

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1 Reyes 20:35
15 Referans Kwoze  

Los hijos de los profetas que vivían en Jericó lo vieron desde el lado opuesto y gritaron: “¡El espíritu de Elías descansa ahora sobre Eliseo!” Fueron a su encuentro y se postraron en el suelo ante él.


La mujer de uno de los hijos de los profetas se dirigió a Eliseo: “Mi marido, tu siervo, ha muerto, y tú sabes que honraba al Señor. Pero ahora, para pagar sus deudas, su acreedor viene a llevarse a mis dos hijos como esclavos”.


Cuando Eliseo regresó a Gilgal, había hambre en esa zona. Los hijos de los profetas estaban sentados a sus pies, y él dijo a su criado: “Usa la olla grande y hierve un poco de guiso para los hijos de los profetas”.


Aquí estoy junto a los hijos que el Señor me ha dado. Son signo y prodigio en Israel de parte del Señor Todopoderoso, que vive en el monte Sión.


Pon una placa de hierro entre tú y la ciudad para que sea como un muro de hierro. Enfréntate a la ciudad y demuestra que está sitiada y que eres tú quien la ataca. Esta es una advertencia simbólica para el pueblo de Israel.


Pero Amós respondió: “No soy un profeta con preparación como tal, ni hijo de profeta. Yo era simplemente un pastor, y también cuidaba higueras.


Entonces Jesús le dijo a sus discípulos: “El que quiera seguirme, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.


Lo que les estamos diciendo viene del Señor: los que de nosotros estemos vivos aquí todavía cuando el Señor venga, ciertamente no precederemos a los que han muerto ya.


Un hombre que vivía allí respondió: “¿Pero quién es su padre?” Así que se convirtió en un dicho: “¿Es Saúl también uno de los profetas?”


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