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1 Reyes 20:22 - Versión Biblia Libre

22 Más tarde el profeta se presentó ante el rey de Israel y le dijo: “Ve a reforzar tus defensas y revisa lo que debes hacer, porque en la primavera el rey de Aram vendrá a atacarte de nuevo”.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Después el profeta le dijo al rey Acab: «Prepárate para otro ataque; empieza a planificar desde ahora, porque el rey de Aram regresará la próxima primavera».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Entonces se acercó al rey de Israel el profeta, quien le dijo: 'Refuérzate y mejora tus defensas, porque a comienzos del próximo año el rey de Aram vendrá de nuevo a atacarte'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y el profeta se acercó al rey de Israel, y le dijo: Ve, cobra ánimo; considera y mira lo que has de hacer, porque el rey de Siria volverá a la vuelta del año, probablemente en la primavera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Presentóse entonces el profeta al rey de Israel y le dijo: 'Ve y haz acopio de fuerzas, considerando bien lo que has de hacer, porque a la vuelta de un año subirá contra ti el rey de Aram'.

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1 Reyes 20:22
20 Referans Kwoze  

En la primavera, en la época del año en que los reyes salen a la guerra, David envió a Joab y a sus oficiales y a todo el ejército israelí al ataque. Masacraron a los amonitas y sitiaron Rabá. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén.


“He trabajado apasionadamente para el Señor Dios Todopoderoso”, respondió. “Pero los israelitas han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a tus profetas a espada. Soy el único que queda, y también intentan matarme a mí”.


Al mismo tiempo, un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le dijo: “Esto es lo que dice el Señor: ¿Ves este enorme ejército? Sólo mira, porque hoy te haré victorioso, y te convencerás que yo soy el Señor”.


Entonces el rey de Israel salió y atacó a los caballos y a los carros. Infligió una gran derrota a los arameos.


Cuando llegó la primavera, Ben Adad convocó al ejército arameo y fue a atacar a Israel en Afec.


Entonces el profeta fue y se quedó junto al camino, esperando al rey. Se había disfrazado con una venda sobre los ojos.


“Sí, hay otro hombre que podría consultar al Señor”, respondió el rey de Israel, “pero no me gusta porque nunca profetiza nada bueno para mí, ¡siempre es malo! Se llama Micaías, hijo de Imá”. “No deberías hablar así”, dijo Josafat.


“No es ninguno de nosotros, mi señor el rey”, respondió uno de sus oficiales. “Es Eliseo, el profeta que vive en Israel; él le dice al rey de Israel hasta lo que tú dices en tu habitación”.


En primavera, en la época del año en que los reyes salen a hacer la guerra, Joab dirigió el ejército israelita en los ataques contra el país de los amonitas, asediando también Rabá. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén. Joab atacó Rabá y la destruyó.


Entonces Amasías condujo valientemente su ejército al Valle de la Sal, donde atacaron al ejército edomita de Seír y mataron a diez mil de ellos.


Aunque luchen con valentía, Dios los hará tropezar y caer ante el enemigo, pues Dios tiene el poder de ayudarlos o dejarlos caer”.


¡Confía en el Señor! Confía, ¡Él te dará fuerza! ¡Confía en el Señor!


El Señor es una torre protectora para los justos, bajo la cual pueden estar seguros.


Con el consejo sabio, los planes son exitosos. Si vas a la guerra, asegúrate de tener la instrucción correcta.


Señor, tú tienes la mano levantada, pero ellos no lo ven. Que vean tu apasionado compromiso por tu pueblo y se avergüencen; ¡que el fuego reservado para tus enemigos los destruya!


“¡Yo soy el Señor, ese es mi nombre! No doy mi honor a nadie más; no doy mi alabanza a los ídolos.


“¡Naciones, presten atención, y tiemblen! Escuchen, todas las tierras lejanas: aunque busquen armas, serán derrotadas. Aunque se preparen, serán aplastadas.


Por último, manténganse firmes en el Señor, y en su poder.


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