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1 Reyes 20:15 - Versión Biblia Libre

15 Así que Acab convocó a los 232 oficiales jóvenes de los comandantes de distrito y reunió a los 7.000 soldados que formaban el ejército de Israel.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 Entonces él pasó revista a los siervos de los príncipes de las provincias, los cuales fueron doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que fueron siete mil.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Entonces Acab reunió a las tropas de los doscientos treinta y dos comandantes de las provincias. Luego llamó al resto del ejército de Israel, unos siete mil hombres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Ajab pasó revista a los jóvenes de los jefes de provincias, que eran doscientos treinta y dos. En seguida pasó revista a todo el pueblo, a todos los israelitas: eran siete mil.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Entonces pasó revista a los asistentes de los capitanes de las provincias, y eran doscientos treinta y dos. Después de ellos pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, y eran siete mil.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Pasó luego revista a los jóvenes que estaban con los gobernadores de los distritos, que eran doscientos treinta y dos. Después pasó también revista a todo el ejército, a todos los israelitas, que eran siete mil.

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1 Reyes 20:15
11 Referans Kwoze  

Todavía me quedan siete mil en Israel, todos los que no han doblado sus rodillas para adorar y cuyas bocas no lo han besado”.


“Pero ¿quién va a hacer esto?” preguntó Acab. El profeta respondió: “Esto es lo que dice el Señor: serán los oficiales jóvenes bajo los comandantes de distrito”. “¿Y quién va a iniciar la batalla?” , preguntó. El profeta respondió: “¡Tú!”.


Partieron al mediodía, mientras Ben Adad y los treinta y dos reyes que lo acompañaban estaban ocupados emborrachándose en sus tiendas.


Todo lo que quedó del ejército de Joacaz fueron cincuenta jinetes, diez carros y diez mil soldados, pues el rey de Aram había destruido al resto, convirtiéndolos en polvo como cuando se trilla el grano.


Asa pidió ayuda al Señor, su Dios: “Señor, no hay nadie fuera de ti que pueda ayudar al impotente contra el poderoso. Por favor, ayúdanos, Señor, nuestro Dios, porque confiamos en ti. Hemos venido contra esta horda porque confiamos en ti, Señor. Tú eres nuestro Dios. No permitas que un simple ser humano te venza”.


Ni el más grande ejército puede salvar a un rey; ni la fuerza más poderosa puede salvar a un guerrero.


Dividió a los trescientos hombres en tres compañías. A todos les entregó trompetas y jarras vacías con antorchas en su interior.


El Señor le dijo a Gedeón: “Con estos trescientos hombres que lamieron te salvaré y te entregaré a los madianitas. Deja que el resto de los soldados se vaya a casa”.


Saúl se encontraba cerca de Guibeá, bajo un granado en Migrón. Tenía unos seiscientos hombres con él,


Jonatán le dijo al joven que llevaba la armadura: “Vamos, crucemos a la guarnición de estos hombres paganos. Tal vez el Señor nos ayude. Al Señor no le cuesta ganar, sea por muchos o por pocos”.


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