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1 Reyes 2:37 - Versión Biblia Libre

37 Debes saber con certeza que el día que salgas y cruces el Valle de Cedrón morirás. Tu muerte será tu propia responsabilidad”.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

37 porque sabe de cierto que el día que salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

37 Pues el día que salgas y pases el valle de Cedrón, ciertamente morirás, y tu sangre volverá sobre tu propia cabeza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 El día en que salgas y atravieses el torrente del Cedrón, ten por seguro que morirás, y tú serás responsable de tu propia muerte'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 porque el día que salgas y cruces el arroyo de Cedrón, ten por sabido que morirás irremisiblemente, y tu sangre será sobre tu propia cabeza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 Ten por seguro que el día en que salgas y atravieses el torrente Cedrón, morirás irremisiblemente; tu sangre caerá sobre tu cabeza'.

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1 Reyes 2:37
13 Referans Kwoze  

David le dijo al amalecita: “Tu muerte es culpa tuya, porque has testificado contra ti mismo al decir: ‘Yo maté al ungido del Señor’”.


Toda la gente del campo gritaba al ver pasar a todos los que estaban con David. Atravesaron el valle del Cedrón con el rey en dirección al desierto.


Incluso despidió a su abuela Macá como reina madre, porque había hecho un ídolo repugnante. Asa hizo cortar el ídolo y lo quemó en el valle del Cedrón.


“Haz lo que dice”, le dijo el rey a Benaía. “Derríbalo y entiérralo. Así quitarás de mí y de mi familia la culpa de la sangre inocente que derramó Joab.


Que la responsabilidad de haber derramado su sangre recaiga para siempre sobre Joab y sus descendientes; pero que el Señor dé paz y prosperidad a David, a sus descendientes, a su familia y a su dinastía para siempre”.


“Lo que dice Su Majestad es justo”, respondió Simí. “Su servidor hará lo que mi señor el rey ha ordenado”. Simí vivió en Jerusalén durante mucho tiempo.


Quitó el poste de Asera del Templo del Señor y lo llevó al Valle del Cedrón, en las afueras de Jerusalén. Allí lo quemó, lo redujo a polvo y arrojó su polvo sobre las tumbas de la gente común.


Los sacerdotes entraron en el santuario interior del Templo del Señor para limpiarlo. Sacaron todas las cosas impuras que encontraron en el Templo del Señor y las colocaron en el patio del Templo. Luego los levitas las sacaron y las llevaron al Valle del Cedrón.


Todo el valle, donde se entierra a los muertos y se arroja la basura, y todos los campos desde el valle del Cedrón hasta la Puerta de los Caballos, al este, serán sagrados para el Señor. Jerusalén nunca más será derribada o destruida.


Presta con intereses y se lucra con los préstamos. ¿Va a vivir alguien así? No, no lo hará. Porque ha hecho todas estas cosas ofensivas, morirá con seguridad, y será responsable de su propia muerte.


“Cualquiera que maldiga a su padre o madre debe ser ejecutado. Han maldecido a su padre o madre; ellos son los responsables de su castigo.


Después que Jesús hubo terminado de hablar, él y sus discípulos cruzaron el arroyo de Cedrón y entraron a un olivar.


Si alguien sale de tu casa y es asesinado, es su culpa y no somos responsables de su muerte. Pero si alguien pone una mano sobre alguien que está dentro de su casa, asumimos toda la responsabilidad de su muerte.


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