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1 Crónicas 12:18 - Versión Biblia Libre

18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, el líder de los Treinta. “¡Somos tuyos, David, y estamos contigo, hijo de Isaí! Que la paz, la prosperidad y el éxito sean tuyos y de los que te ayuden, porque Dios es el que te ayuda”. Así que David les permitió unirse a él, y los puso al frente de su ejército.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Así que el Espíritu descendió sobre Amasai, jefe de los Treinta, y dijo: «¡Somos tuyos, David! Estamos de tu lado, hijo de Isaí. Que la paz y la prosperidad sean contigo, y el éxito con todos los que te brindan ayuda, pues tu Dios es el que te ayuda». Entonces David permitió que se unieran a él y los nombró oficiales de su ejército.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 David se presentó delante de ellos y les dijo: 'Si vienen a mí en son de paz para ayudarme, mi corazón se unirá con el de ustedes; pero si es para engañarme y ayudar a mis enemigos, puesto que yo tengo las manos limpias de todo pecado, el Dios de nuestros padres sea testigo y juez.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: ¡Tuyos somos, oh David, y contigo estamos, hijo de Isaí! ¡Paz, paz a ti, y paz a tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda! Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Salió David a su encuentro y les dijo: 'Si venís a mí en son de paz para prestarme ayuda, mi corazón estará con vosotros; pero si es para traicionarme en favor de mis enemigos, no habiendo violencia en mis manos, que el Dios de nuestros padres lo vea y lo castigue'.

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1 Crónicas 12:18
31 Referans Kwoze  

Pero Itai le respondió al rey: “¡Vive el Señor y vive su majestad, dondequiera que esté su majestad, viva o muerta, allí estará su servidor!”


Absalón había puesto a Amasa al frente del ejército para sustituir a Joab. Amasa era hijo de un hombre llamado Itra, el ismaelita que vivía con Abigail, la hija de Nahas y hermana de Servia, la madre de Joab.


Díganle a Amasa: ‘¿No eres tú también mi carne y mi sangre? Que Dios me castigue muy severamente si a partir de ahora no eres tú el comandante de mi ejército en lugar de Joab’”.


Antes, cuando Saúl era nuestro rey, tú eras el que dirigía el ejército israelita en la batalla. El Señor te dijo: ‘Tú serás el pastor de mi pueblo Israel y serás su gobernante’”.


Pero Salomón no esclavizó a ningún israelita. Ellos eran sus soldados, oficiales, comandantes, capitanes, jefes de carros y jinetes.


Salió de allí y se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que venía a su encuentro. Jehú lo saludó y le preguntó: “¿Estás tan comprometido conmigo como yo contigo?” . “Sí, lo estoy”, respondió Jonadab. “En ese caso, dame tu mano”, dijo Jehú. Así que él extendió su mano, y Jehú lo ayudó a subir al carro.


Así que los jefes del palacio y de la ciudad, los ancianos y los guardianes enviaron un mensaje a Jehú: “Somos tus siervos y haremos todo lo que nos digas. No vamos a hacer rey a nadie. Haz lo que te parezca mejor”.


Jehú miró hacia la ventana y gritó: “¿Quién está de mi lado? ¿Alguien?” Dos o tres eunucos lo miraron.


Esta es la lista de los principales guerreros que apoyaron a David: Jasobeam, hijo de Hacmoni, líder de los Tres. Con su lanza, una vez mató a 300 hombres en una sola batalla.


David salió a recibirlos y les dijo: “Si han venido en son de paz para ayudarme, podemos ser amigos. Pero si han venido a entregarme a mis enemigos, aunque no he hecho nada malo, que el Dios de nuestros padres vea lo que hacen y los condene”.


Abigail dio a luz a Amasa, y el padre de Amasa fue Jeter el ismaelita.


Se puso la integridad como coraza y el casco de la salvación en la cabeza. Se vistió con ropas de venganza y se envolvió con determinación como un manto.


Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: En ese tiempo diez hombres de diferentes naciones e idiomas sujetarán el dobladillo de la capa de un hombre judío y rogarán: “Por favor, llévanos contigo, porque hemos escuchado que Dios está contigo”.


Los que no están conmigo, están contra mí, y los que no se reúnen conmigo hacen lo contrario: están dispersos.


¡Paz y misericordia a todos los que siguen este principio, y al Israel de Dios!


El Espíritu del Señor comenzó a impulsarlo en Majané Dan, un lugar entre Zora y Estaol.


El Espíritu del Señor vino sobre él, y se convirtió en juez de Israel. Fue a la guerra con Cusán-Risatayín, rey de Aram, y el Señor entregó al rey a Otoniel, que salió victorioso.


El Espíritu del Señor vino sobre Gedeón, y tocó la trompeta, llamando a los del clan de Abiezerpara que se les unieran.


Pero Rut contestó: “Por favor, no sigas pidiéndome que te deje y vuelva. Donde tú vayas, yo iré. Donde tú vivas, viviré yo. Tu pueblo será mi pueblo. Tu Dios será mi Dios.


Samuel hizo lo que el Señor le había dicho y fue a Belén. Cuando los ancianos de la ciudad le salieron al encuentro, se asustaron y le preguntaron: “¿Vienes en son de paz?”


“Sí, vengo en son de paz”, respondió. “He venido a presentar sacrificio al Señor. Purifíquense y vengan conmigo a hacer el sacrificio”. Entonces purificó a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio.


Entonces Saúl les dijo: “¡Escúchenme, hombres de Benjamín! ¿Acaso el hijo de Isaí les va a dar a todos ustedes campos y viñedos y los va a hacer comandantes y oficiales del ejército?


“Que el Señor decida entre tú y yo quién de los dos tiene razón, y que el Señor te castigue, pero yo nunca intentaré hacerte daño.


Como dice el viejo refrán: ‘Del malvado salen actos malvados’, pero yo nunca trataré de hacerte daño.


Cuando David terminó de decir esto, Saúl preguntó: “¿Eres tú el que habla, David, hijo mío?” , y lloró en voz alta.


A algunos de los asignará como comandantes de millares y comandantes de cincuentenas, y otros tendrán que arar sus campos y segar su cosecha. A algunos los destinará a fabricar armas y equipos para los carros de guerra.


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