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Marcos 9:25 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

25 Jesús vio que la multitud se acercaba rápidamente, y reprendió al espíritu maligno, diciendo: – Espíritu de enfermedad que estás causando la mudez y la sordera en este muchacho, te ordeno que salgas y nunca más entres en él.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Cuando Jesús vio que aumentaba el número de espectadores, reprendió al espíritu maligno. «Escucha, espíritu que impides que este muchacho oiga y hable —dijo—. ¡Te ordeno que salgas de este muchacho y nunca más entres en él!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Cuando Jesús vio que se amontonaba la gente, dijo al espíritu malo: 'Espíritu sordo y mudo, yo te lo ordeno: sal del muchacho y no vuelvas a entrar en él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Jesús entonces, viendo que la multitud se agolpaba rápidamente, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, Yo te mando: ¡Sal de él y no entres más en él!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Viendo Jesús que aumentaba el concurso del pueblo, increpó al espíritu impuro, diciéndole: 'Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él jamás'.

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Marcos 9:25
17 Referans Kwoze  

Esta muchacha hizo esto por muchos días, hasta que Pablo se cansó y dirigiéndose al espíritu lo reprendió: – Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y en la misma hora el espíritu la dejó.


Cuando el muchacho se acercaba, el espíritu de enfermedad lo atacó y empezó a convulsionar; pero Jesús reprendió al espíritu de enfermedad, sanó al muchacho y se lo entregó a su padre.


Al ver a Jesús, la multitud se sorprendió y corrió hacia Él para saludarlo.


Cuando Jesús lo ordenó, el espíritu de enfermedad salió del epiléptico y el muchacho fue sanado instantáneamente.


Ni siquiera Miguel, el principal de los ángeles, cuando enjuiciaba al calumniador o enemigo y argumentaba acerca del cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar una sentencia de maldición, sino que dijo: – El Señor Dios te reprenda y te sentencie.


Jesús estaba expulsando a un demonio de un hombre que le impedía hablar. Tan pronto como el demonio salió, el hombre empezó a hablar y todos se maravillaron por este acontecimiento.


Le dijo esto porque Jesús ordenó al espíritu maligno que abandonara al hombre, porque hacía mucho tiempo que se había apoderado de él, y varias veces lo habían atado con cadenas y grilletes, pero él las rompía y se iba a lugares solitarios.


También expulsaba los demonios de muchas personas y ellos salían gritando: – Tú eres el Hijo de Dios. Pero Jesús no permitía que ellos hablaran, pues sabían que Él era el Mesías.


Pero Jesús lo reprendió diciendo: – ¡Cállate y sal de él! Entonces delante de todos, el espíritu maligno tiró al hombre al suelo y después salió de él sin hacerle ningún daño.


Fue traído hasta Jesús un hombre con espíritu de enfermedad que estaba ciego y mudo. Jesús lo sanó, de tal modo que el hombre empezó a hablar y a ver.


Al instante el padre del muchacho gritó: – ¡Creo!, por favor ayúdame a vencer mi incredulidad.


Y después de gritar y hacer que el chico convulsionara, el espíritu salió. El niño quedó desmayado, y la gente pensaba que había muerto.


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