Lucas 7:38 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

³⁸ y se colocó detrás de Jesús, llorando a sus pies, empezó a mojárselos con sus lágrimas, los secó con su cabello, los besó y los ungió con el perfume.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³⁸ y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³⁸ Llorando, se arrodilló detrás de él a sus pies. Sus lágrimas cayeron sobre los pies de Jesús, y ella los secó con sus cabellos. No cesaba de besarle los pies y les ponía perfume.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³⁸ y se puso a llorar. Sus lágrimas empezaron a regar los pies de Jesús y ella trató de secarlos con su cabello. Luego le besaba los pies y derramaba sobre ellos el perfume.

La Biblia Textual 3a Edicion

³⁸ y situándose detrás, llorando a sus pies, comenzó a regar sus pies con las lágrimas y los secaba con los cabellos de su cabeza, y besaba fervientemente sus pies y los ungía con el perfume.°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³⁸ y, poniéndose detrás de él, a sus pies, y llorando, comenzó a bañárselos con lágrimas y con sus propios cabellos se los iba secando; luego los besaba y los ungía con el perfume.

Lucas 7:38 Referans Kwoze

Mateo 5:4

Plenamente felices los que están profundamente afligidos, porque ellos recibirán la completa consolación.

Lucas 22:62

Pedro salió de allí y lloró amargamente.

Lucas 6:21

Plenamente felices los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Plenamente felices los que ahora lloran, porque reirán.

Lucas 7:37

Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, cuando se enteró de que Jesús estaba comiendo en la casa del fariseo, le llevó un frasco de perfume de alabastro muy caro,

Lucas 7:39

Cuando el fariseo que lo había invitado vio la escena, pensó: “Si este fuera profeta, sabría qué clase de mujer es esta que le toca, es una pecadora”.

Juan 11:2

María fue la que ungió al Señor Jesús con perfume y secó los pies del maestro con sus cabellos, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo.

Santiago 4:9

Vivan la aflicción, laméntense y lloren; que la risa se convierta en dolor y la alegría en tristeza.