Lucas 20:38 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

³⁸ Porque Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos; todos viven en Él.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³⁸ Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³⁸ Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos, porque todos están vivos para él.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³⁸ El no es Dios de muertos, sino de vivos, y todos viven por él.

La Biblia Textual 3a Edicion

³⁸ Así que no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven.°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³⁸ él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque todos viven para él'.

Lucas 20:38 Referans Kwoze

Mateo 22:32

“Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”?; Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

Marcos 12:27

Dios no es un Dios de muertos, y sí de vivos; ustedes se equivocan demasiado.

Lucas 20:39

Algunos de los maestros de la ley reaccionaron diciendo: – ¡Maestro, qué buena enseñanza sobre la resurrección de muertos!

Juan 14:19

En poco tiempo el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo, también ustedes vivirán.

Juan 6:57

Así como el Padre de la vida plena me envió y yo vivo a través de Él, entonces, el que come mi carne y bebe mi sangre, vivirá a través de mí.

2 Corintios 13:4

Es cierto que Él era débil cuando fue crucificado, pero ahora Él está vivo gracias al poder sobrenatural de Dios; también es cierto que nosotros compartimos la debilidad de Cristo, pero ustedes verán que al igual que Cristo, nosotros vivimos por el poder sobrenatural de Dios.

2 Corintios 6:16

¿Qué comunión hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como Él ha dicho: “Viviré en ellos y caminaré con ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.

Hebreos 11:16

pero ellos aspiraban a una patria mejor, un hogar celestial. Por eso, Dios no se avergonzó de ser su Dios y les preparó una ciudad.

Apocalipsis 22:1

Luego el ángel me mostró un río de agua de vida plena, brillante como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero;