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Hechos 19:10 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

10 Esto sucedió por dos años, de modo que todos los habitantes de Asia escucharon la Palabra del Señor, tanto judíos como griegos.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Esto continuó los siguientes dos años, de modo que gente de toda la provincia de Asia —tanto judíos como griegos— oyó la palabra del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Hizo esto durante dos años, de tal manera que todos los habitantes de la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, pudieron escuchar la Palabra del Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y esto sucedió por dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, tanto judíos como griegos, oyeron° la palabra del Señor.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Así lo hizo durante dos años, de forma que todos los habitantes de Asia, tanto judíos como griegos, oyeron la palabra del Señor.

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Hechos 19:10
23 Referans Kwoze  

Entonces el gobernador, viendo lo sucedido, creyó en Jesucristo; estaba admirado por la enseñanza del Señor.


Pasaron por Frigia y por la región de Galacia; porque el Espíritu Santo les impidió predicar la Palabra en Asia;


Pablo se quedó un año y medio en Corinto, enseñando la Palabra de Dios.


Todos los sábados Pablo discutía en la sinagoga, y convencía tanto a judíos como a griegos.


La Palabra del Señor crecía fuerte y poderosamente.


Entonces envió a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, mientras él se quedaba por algún tiempo en Asia.


Durante tres meses Pablo entró en la sinagoga y habló con valentía, discutiendo y tratando de convencerlos acerca del reino de Dios.


Somos de diferentes partes del mundo: Partia, Media, Elam, Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia,


Cuando llegaron, él les dijo: – Ustedes saben muy bien cómo me he portado todo el tiempo que estuve con ustedes, desde el primer día que llegué a Asia;


Por lo tanto, estén atentos, recordando los consejos que les di durante tres años, día y noche y a veces hasta con lágrimas, no me cansé de enseñarles y corregirlos a cada uno de ustedes.


Sin embargo, algunos judíos se pusieron a discutir con Esteban en la Sinagoga de los Hombres Libres, que eran del pueblo de Cirene, de la ciudad de Alejandría, de la región de Cilicia y de la provincia de Asia;


Porque no me avergüenzo del Evangelio que transforma toda la existencia humana, porque es poder sobrenatural de Dios para salvación de todo aquel que cree; se anunció primero a los judíos, pero ahora también se anuncia a los que no son judíos.


No hay diferencia entre judíos y los que no son judíos, pues el Señor es el mismo para todos y bendice generosamente a cuantos lo invocan,


Pero pregunto: ¿acaso no escucharon? ¡Claro que sí! “Por toda la tierra se difundieron sus voces, sus Palabras llegaron hasta los confines de la tierra habitada”.


Así que ya no importa si son judíos o no, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres, si están unidos a Jesucristo, todos son iguales.


Ahora ya no importa ser griego o judío, circunciso o incircunciso, bárbaro o civilizado, esclavo o libre; lo que importa es que Cristo lo es todo y está en todos.


Ya sabes esto querido amigo, que los que están en Asia Menor me abandonaron, incluso Figelo y Hermógenes.


Pedro, apóstol de Jesucristo, me dirijo a los llamados por Dios que son refugiados por las persecuciones y dispersos en diferentes regiones, como en el Ponto, Galacia, Capadocia, Bitinia y toda Asia,


que decía: – Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.


Cordial saludo de Juan, a las siete iglesias que están en Asia: que la gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo Jesús, y la paz, que se fundamenta en la justicia, sean parte de la naturaleza cristiana de ustedes; de parte de Aquel que es, que era y que está viniendo; de parte de los siete espíritus que están ante su trono;


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