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Hechos 16:23 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

23 Cuando fueron azotados de forma exagerada, los metieron en la cárcel y le instruyeron al carcelero que los vigilara con mucho cuidado.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Los golpearon severamente y después los metieron en la cárcel. Le ordenaron al carcelero que se asegurara de que no escaparan.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Después de haberles dado muchos golpes, los echaron a la cárcel, dando orden al carcelero de vigilarlos con todo cuidado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Después de propinarles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los custodiara con seguridad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Tras haberles propinado numerosos golpes, los metieron en la cárcel y ordenaron al carcelero que los custodiara con rigor.

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Hechos 16:23
21 Referans Kwoze  

Judas les había dado una señal, diciendo: – Al que yo bese, Él es, arréstenlo.


Pero antes que todo eso pase, habrá tiempos de persecuciones, serán encarcelados, perseguidos, serán expulsados de las sinagogas, serán llevados ante los reyes y gobernantes por causa de mi nombre.


Cuando amaneció, hubo un gran alboroto entre los soldados que se preguntaban: – ¿Dónde está Pedro?


Mandó a encarcelar a Pedro y puso a cuatro grupos de soldados, cada grupo estaba compuesto por cuatro soldados, que se turnaban para custodiarlo; y pensó en condenarlo después de la pascua, haciéndolo comparecer ante el pueblo para un juicio público.


El carcelero se despertó y vio que las puertas de la cárcel estaban abiertas; sacó entonces su espada para suicidarse, pensando que los prisioneros se habían escapado.


El carcelero informó esta noticia a Pablo, diciéndole: – Los jueces han determinado que ustedes sean liberados. Pueden irse en paz.


Arrestaron a Pedro y a Juan y los pusieron en la cárcel pública.


diciendo: – Encontramos la prisión cerrada con toda seguridad y a los guardias en pie custodiando las puertas, pero cuando abrimos, no había nadie adentro.


Pero Saulo perseguía a la iglesia, entrando casa por casa, arrastraba a los hombres y a las mujeres a la cárcel.


le pidió que le diera cartas para ir a las Sinagogas de Damasco, con el fin de arrestar a todos los cristianos, que eran conocidos como “los del Camino” y llevarlos prisioneros a Jerusalén, tanto hombres como mujeres.


¿Son ministros de Cristo? ¡Qué locura! Yo lo soy más que ellos; he trabajado más duro, he sido encarcelado más veces, he recibido los azotes más severos y he estado en peligro de muerte repetidas veces.


en cárceles, en tumultos, en trabajos duros, en noches sin dormir, en días sin comer.


Por este motivo, yo Pablo, soy prisionero de Jesucristo por causa de ustedes los que no son judíos.


Yo, que estoy prisionero por el hecho de servir al Señor, les aconsejo que se comporten dignamente, conforme a la vocación con la que fueron llamados.


por lo cual he sido maltratado y soy prisionero como si fuera un delincuente, pero la Palabra de Dios nunca está presa.


Por medio del amor sacrificial te hago una gran invitación: ya siendo Pablo anciano, y con una gran experiencia pastoral, ahora siendo prisionero de Jesucristo,


Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en Jesús, me encontraba exiliado en la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.


¡No tengas miedo de lo que estás por sufrir! Te advierto que el diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba y sufrirán aflicciones durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.


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