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Hechos 14:1 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

1 En Iconio, Pablo y Bernabé entraron a la sinagoga judía y hablaron de tal forma que muchos creyeron, tanto judíos como no judíos.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Lo mismo sucedió en Iconio. Pablo y Bernabé fueron a la sinagoga judía y predicaron con tanto poder que un gran número de judíos y griegos se hicieron creyentes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En Iconio ocurrió lo mismo. Pablo y Bernabé entraron en la sinagoga de los judíos y hablaron de tal manera que un gran número de judíos y griegos abrazaron la fe.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Aconteció en Iconio, que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud, tanto de judíos como de griegos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 En Iconio entraron, como de costumbre, en la sinagoga de los judíos y hablaron de tal manera que abrazó la fe una gran muchedumbre, tanto de judíos como de griegos.

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Hechos 14:1
33 Referans Kwoze  

La mujer no era judía, más bien fenicia de nacimiento, de la región de Canaán, y pidió a Jesús que ayudara a su hija expulsando al espíritu maligno.


Algunos de los que habían subido a Jerusalén para adorar y celebrar la fiesta eran griegos.


Los judíos comentaban entre sí: – ¿A dónde irá este que no lo podremos encontrar? ¿Acaso irá a enseñar a los judíos de la diáspora que están entre los griegos?


El Señor los ayudaba, gran número de personas creyeron y decidieron seguir al Señor.


Cuando se terminó la reunión en la sinagoga, muchos de los judíos y de los convertidos al judaísmo, que eran devotos, siguieron a Pablo y a Bernabé y ellos convencían a sus seguidores de que continuaran en la gracia de Dios, que es vivir la vida de Dios en Cristo.


Entonces, Pablo y Bernabé que hablaban con mucha sinceridad, dijeron a los judíos: – Era necesario que la Palabra de Dios se les predicara primero a ustedes, pero como ustedes no están haciendo caso, critican y no se consideran dignos de tener la vida eterna, entonces ahora iremos a los que no son judíos.


Cuando llegaron al puerto de Salamina, anunciaban la Palabra de Dios en las sinagogas judías y tenían a Juan Marcos como ayudante.


Ellos, por su parte, se sacudieron el polvo de los pies en señal de protesta contra sus perseguidores y se fueron a Iconio.


En eso llegaron de Antioquia e Iconio unos judíos, que convencieron a la multitud que estuvieran en contra de Pablo, ellos lo apedrearon hasta dejarlo inconsciente y lo arrastraron fuera de la ciudad; pensaron que Pablo estaba muerto.


Pero los judíos que no creyeron incitaron a los gentiles a que desconfiasen y se enojasen contra los seguidores de Jesús.


En Derbe empezaron a evangelizar, hicieron muchos discípulos, después regresaron a Listra, a Iconio y por último a Antioquía,


En el viaje llegaron a Derbe y a Listra, allí vivía un joven llamado Timoteo, quien era discípulo de Jesús. La madre de Timoteo era una judía cristiana y su padre era griego;


este joven discípulo tenía un buen testimonio entre los hermanos de Listra e Iconio.


Por lo tanto, muchos de estos judíos creyeron en Jesús y también muchos griegos, tanto hombres como mujeres; estas mujeres griegas eran personas muy importantes en la ciudad.


Así que, en la sinagoga discutía con los judíos y con los no judíos que se habían convertido al judaísmo y a diario se ponía a discutir en la plaza pública con los que se encontraban por allí.


Y algunos de ellos fueron convencidos y se unieron a Pablo y a Silas, junto con muchos griegos. También se les unieron una gran cantidad de mujeres importantes.


Todos los sábados Pablo discutía en la sinagoga, y convencía tanto a judíos como a griegos.


Crispo, el dirigente de la sinagoga, junto con toda su familia, creyó en el Señor Jesús. Muchas personas de Corinto que oían a Pablo, creían y eran bautizadas.


Esto sucedió por dos años, de modo que todos los habitantes de Asia escucharon la Palabra del Señor, tanto judíos como griegos.


Y esta noticia se regó por toda la ciudad de Éfeso, tanto para judíos como para griegos, el temor se apoderó de todos ellos y el nombre del Señor Jesús era engrandecido.


Durante tres meses Pablo entró en la sinagoga y habló con valentía, discutiendo y tratando de convencerlos acerca del reino de Dios.


alabando a Dios; y el pueblo los quería. Y cada día el Señor añadía a la comunidad de creyentes a los que iban siendo salvos.


testificando solemnemente tanto a judíos como a no judíos, con el propósito de conducirlos a que cambien su manera de pensar y como consecuencia transformen su manera de vivir para con Dios y también para que tengan una fe por identidad en el Señor Jesús.


gritando: – ¡Israelitas! ¡Ayúdennos! Este es el hombre que anda por todas partes enseñando a toda la gente contra nuestro pueblo, contra nuestra ley y contra este lugar. Además, hasta ha metido a los griegos en el templo, y profanó este lugar santo.


Muy pronto, Saulo ya estaba predicando en las sinagogas que Jesús era el Hijo de Dios.


Porque no me avergüenzo del Evangelio que transforma toda la existencia humana, porque es poder sobrenatural de Dios para salvación de todo aquel que cree; se anunció primero a los judíos, pero ahora también se anuncia a los que no son judíos.


No hay diferencia entre judíos y los que no son judíos, pues el Señor es el mismo para todos y bendice generosamente a cuantos lo invocan,


Ellos no obligaron a nadie a circuncidarse; ni siquiera a Tito que me acompañaba y no era judío.


Así que ya no importa si son judíos o no, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres, si están unidos a Jesucristo, todos son iguales.


Ahora ya no importa ser griego o judío, circunciso o incircunciso, bárbaro o civilizado, esclavo o libre; lo que importa es que Cristo lo es todo y está en todos.


También en las persecuciones, en los padecimientos que me tocó vivir en Antioquía, en Iconio y en Listra; todas estas persecuciones las soporté y de todas me libró el Señor.


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