Allí conoció a un judío llamado Áquila, quien había nacido en la región del Ponto, pero que junto con su esposa Priscila se habían ido a vivir a Corinto hacía poco tiempo. Antes vivían en Italia y se habían ido de allí porque el emperador Claudio había expulsado a todos los judíos de Roma. Pablo fue a visitar a Áquila y a Priscila,
Cuando se decidió que teníamos que navegar hacia Italia, entregaron tanto a Pablo como a otros prisioneros a un capitán romano llamado Julio, de un batallón especial que estaba al servicio del emperador.
Pablo, apóstol de Jesucristo, por voluntad de Dios, y Timoteo el hermano; a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los creyentes en toda la región de Acaya:
Que la gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo Jesús, el amor sacrificial de Dios en Cristo, y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con ustedes.
Pablo y Timoteo, comprometidos en el servicio con Cristo Jesús, para todos los que están en comunión con Jesucristo y viven en Filipos, también a sus líderes y diáconos:
a ustedes, hermanos en Cristo que están en Colosas y buscan vivir una vida de santidad siendo fieles a Dios: gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo y paz, que se fundamenta en la justicia, de parte de Dios nuestro Padre.
He escuchado sobre ti, que amas a Dios con el amor sacrificial y vives una fe por identidad en Cristo Jesús, y lo más lindo es que practicas el amor sacrificial y la fe comunitaria con los santos.
Obedezcan a sus líderes y respeten su autoridad, porque ellos son responsables de ustedes y por eso siempre están pendientes de protegerlos; háganles caso para que ellos realicen su trabajo con alegría y de buena gana; ustedes no sacan nada con hacerles la vida imposible a ellos.
Acuérdense de sus líderes, ya que ellos les comunicaron la palabra de Dios; consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida, e independiente de sus imperfecciones, imiten su fe.