Apocalipsis 12:17 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia17 Entonces, el dragón se puso furioso con la mujer y se fue a hacer guerra contra sus descendientes, que son los que cumplen los mandamientos de Dios y viven el testimonio de Jesús. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196017 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente17 Así que el dragón se enfureció contra la mujer y le declaró la guerra al resto de sus hijos, a todos los que obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen firmes en su testimonio de Jesús. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer y se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, es decir, a los que observan los mandamientos de Dios y guardan el mensaje de Jesús. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra los restantes de su descendencia: los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús, Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197517 El dragón se enfureció contra la mujer y se fue a hacer la guerra contra los demás descendientes de ella, contra los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús. Gade chapit la |
El que tiene fe por identidad en el Hijo de Dios, tiene un testimonio que va más allá de las palabras, testifica con su propia vida a Jesús. El que no tiene fe en Dios, hace que Dios parezca mentiroso, porque el mismo Dios, a través de su Hijo Jesús testificó con su vida y el que no cree que Jesús es el Hijo de Dios no ha aceptado el testimonio de Dios.
Y vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar; vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios; los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen; tampoco se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años;