– Señores, ¿qué es lo que están haciendo? ¡Somos seres humanos como cualquiera de ustedes! Estamos aquí para anunciarles el Evangelio que transforma la existencia humana, para que se conviertan de estas supersticiones e idolatrías que no valen la pena y se acerquen al Dios vivo. Él creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.
porque mientras caminaba por la ciudad, observé muchas estatuas religiosas, pero encontré un altar que me llamó la atención, donde había una inscripción que decía: “A UN DIOS DESCONOCIDO”, ¿cómo es que adoran a un dios desconocido? Pues bien, de este Dios desconocido, quiero hablar.
porque las cosas invisibles de Dios, es decir, su poder sobrenatural y su divinidad son hechas visibles con claridad en su creación. Su verdad se hace reconocible a la razón, así que no hay excusas para que no crean en Dios y que practiquen tanta maldad.
Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, Él la endosó con su propio testimonio de Ser perfecto, garantizándola por Él mismo, ya que no había otro ser superior para garantizarla,
diciendo a gran voz: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y todos los manantiales.”
¡Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque Tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas!