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Proverbios 1:8 - Palabra de Dios para ti 2022

8 Escucha, hijo mío, la enseñanza de tu padre, Y no abandones la instrucción de tu madre,

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Biblia Reina Valera 1960

8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Hijo mío, presta atención cuando tu padre te corrige; no descuides la instrucción de tu madre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Escucha, hijo mío, los consejos de tu padre, no rechaces las advertencias de tu madre:

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no abandones las enseñanzas de tu madre,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no rechaces la enseñanza de tu madre,

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Proverbios 1:8
20 Referans Kwoze  

Hijo mío, si los pervertidos te quieren seducir, No consientas.


Hijo mío, no andes en el camino de ellos. Aparta tu pie de sus senderos,


Hijo mío, si aceptas mis palabras, Y guardas mis mandamientos dentro de ti,


Escucha a tu padre que te engendró, Y no desprecies a tu madre cuando sea anciana.


Hijo mío, no olvides mis enseñanzas, Y tu corazón guarde mis mandamientos.


Ojo que se burla del padre Y desprecia la obediencia a la madre, ¡Arránquenlo los cuervos del valle Y devórenlo los polluelos del buitre!


Palabras del rey Lemuel, La profecía que le enseñó su madre:


¡No hice caso a la voz de mis maestros, Ni presté oído a mis instructores!


Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, Y no abandones la instrucción de tu madre.


Hijo mío, guarda mis palabras Y atesora mis mandamientos dentro de ti.


Nosotros obedecimos la voz de nuestro padre Jonadab, hijo de Recab, en todas las cosas que nos mandó, para que no bebamos vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras esposas, ni nuestros hijos e hijas,


Cada uno respete a su madre y a su padre, y guarde mis sábados. Yo, Yavé su ʼElohim.


Ahí le llevaron un paralítico acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo. Tus pecados te son perdonados.


Pero Jesús se volteó, la vio y le dijo: ¡Ten ánimo, hija! ¡Tu fe te sanó! Y la mujer fue sanada desde aquel momento.


Tengo presente el recuerdo de la fe sincera que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy persuadido de que también en ti.


Así que bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le mandó.


Si un hombre peca contra otro hombre, ʼElohim intercederá. Pero si alguno peca contra Yavé, ¿quién intercederá por él? Pero ellos no escucharon la voz de su padre, pues Yavé había decidido que murieran.


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