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Oseas 3:1 - Palabra de Dios para ti 2022

1 Yavé me dijo: Vé otra vez, ama a una mujer amada por su esposo, aunque adúltera, tal como Yavé ama a los hijos de Israel, aunque siguen a ʼelohim extraños y aman las tortas de uvas pasas.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces el Señor me dijo: «Ve y ama otra vez a tu esposa, aun cuando ella comete adulterio con un amante. Esto ilustrará que el Señor aún ama a Israel, aunque se haya vuelto a otros dioses y le encante adorarlos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Yavé me dijo: 'Vuelve a querer de nuevo a una mujer adúltera que hace el amor con otros, así como Yavé ama a los hijos de Israel a pesar de que lo han dejado por otros dioses y les ofrecen tortas de pasas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Me dijo YHVH: Ve otra vez, ama a una mujer amada por su marido,° y aún así, adúltera, Tal como YHVH ama a los hijos de Israel, Aunque siguen a dioses ajenos, Y aman las tortas de uvas pasas.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Yahveh me dijo: 'Vete otra vez y ama a una mujer que ama a otro y es adúltera, como ama Yahveh a los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven a otros dioses y se complacen en las tortas de pasas'.

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Oseas 3:1
34 Referans Kwoze  

Repartió una torta de pan, una de dátiles y una de pasas a todo el pueblo y a toda la multitud de Israel, a cada uno, tanto a hombres como a mujeres. Luego todo el pueblo salió, cada uno a su casa.


Pero Yavé tuvo misericordia y se compadeció de ellos. Se volvió hacia ellos a causa de su Pacto con Abraham, Isaac y Jacob. No los destruyó, ni los echó de su Presencia hasta ahora.


Repartió a todos en Israel, tanto a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una ración de carne y una torta de pasas.


Pero por tu gran misericordia No los consumiste por completo, Ni los abandonaste. Porque eres un ʼElohim clemente y misericordioso.


Ciertamente como los ojos de los esclavos Miran la mano de su amo, Y los ojos de la esclava la mano de su ama, Así nuestros ojos miran a Yavé nuestro ʼElohim, Hasta que tenga misericordia de nosotros.


Por lo cual al día siguiente madrugaron, ofrecieron holocaustos y llevaron ofrendas de paz. Después el pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantaron para divertirse.


¡Susténtenme con pasas, Confórtenme con manzanas, Porque estoy enferma de amor!


Miren a Mí y sean salvos todos los confines de la tierra, porque Yo soy ʼEL, y no hay otro.


Ciertamente como la esposa infiel abandona a su esposo, así ustedes me trataron infielmente, oh Casa de Israel, dice Yavé.


¿No es Efraín mi hijo amado? ¿No es un niño en el cual me deleito? En verdad, tan a menudo como hablé contra él, ciertamente me acuerdo de él. Por tanto, mi corazón lo anhela. Ciertamente tendré misericordia de él, dice Yavé.


¿Cómo puedo abandonarte, oh Efraín? ¿Cómo puedo entregarte, oh Israel? ¿Cómo puedo hacerte como Adma? ¿Cómo puedo tratarte como a Zeboim? Se me conmueve el corazón dentro de Mí, se enternece toda mi compasión.


Sí, su madre se prostituyó, la que los dio a luz se deshonró, pues se dijo: Iré tras mis amantes, los cuales me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi vino.


Fornicación, vino y mosto quitan el entendimiento.


El día de nuestro rey, al calor del vino, los príncipes lo contaminaron. Él extendió su mano a los escarnecedores,


Se acuestan sobre ropas retenidas en prenda junto a cualquier altar y beben el vino de los multados en la casa de su ʼelohim.


Beben vino en grandes copas, se ungen con los mejores ungüentos y no se afligen por la ruina de José.


Pero yo esperaré a Yavé. Esperaré al ʼElohim de mi salvación. ¡Mi ʼElohim me escuchará!


Por tanto Yavé dice: Me volví a Jerusalén con compasión. En ella será edificada mi Casa, dice Yavé de las huestes, y el cordel de medir será tendido sobre Jerusalén.


Jesús le dijo: ¡Compañero, a lo que vienes! Entonces se acercaron, pusieron las manos sobre Jesús y lo arrestaron.


No pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios, ni pueden comer la mesa del Señor y la mesa de demonios.


No adoren ídolos como algunos de ellos. Como está escrito: El pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó a divertirse.


Fue suficiente el tiempo pasado para hacer la voluntad de los gentiles, cuando nos movíamos en los deleites carnales, deseos apasionados, borracheras, orgías, exceso de bebidas y repugnantes idolatrías.


Apartaron los ʼelohim extraños de en medio de ellos y sirvieron a Yavé, y Él no soportó más la aflicción de Israel.


Luego salieron al campo y cosecharon sus viñas, pisaron la uva e hicieron fiesta. Entraron en el templo de sus ʼelohim, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.


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