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Números 10:29 - Palabra de Dios para ti 2022

29 Entonces Moisés dijo a Hobab, hijo de Rehuel el madianita, suegro de Moisés: Nosotros salimos hacia el lugar del cual Yavé dijo que nos dará. Ven con nosotros y te trataremos bien, porque Yavé prometió el bien a Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Ragüel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Un día Moisés le dijo a su cuñado Hobab, hijo de Reuel, el madianita: —Vamos en camino al lugar que el Señor nos prometió, porque él nos dijo: “Yo se lo daré a ustedes”. Ven con nosotros y te trataremos bien, porque el Señor ha prometido maravillosas bendiciones para Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Moisés dijo a Jobab, hijo de Raguel el madianita, su suegro: 'Nosotros partimos para el lugar que Yavé nos prometió que nos daría: ¡ven pues con nosotros! Te trataremos bien porque Yavé prometió que le haría el bien a Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Para ese entonces Moisés dijo a Hobab, hijo de Rehuel° madianita, suegro de Moisés: Estamos de partida hacia el lugar del que YHVH ha dicho que nos daría. Ven con nosotros y te trataremos bien, porque YHVH ha prometido el bien a Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Moisés dijo a Jobab, hijo de Reuel, el madianita, cuñado de Moisés: 'Vamos hacia el país del que Yahveh ha dicho: 'Yo os lo daré'. Ven con nosotros. Te trataremos bien, pues Yahveh ha prometido el bienestar a Israel'.

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Números 10:29
31 Referans Kwoze  

Yavé apareció a Abram y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Entonces edificó allí un altar a Yavé, Quien se le apareció.


porque toda la tierra que tú ves la daré a ti y a tu descendencia para siempre.


Aquel día Yavé hizo Pacto con Abram: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el Río Grande, el río Éufrates,


Te daré por posesión perpetua la tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Canaán, y a tu descendencia. Y seré su ʼElohim.


Pero Tú mismo dijiste: Ciertamente te haré bien y multiplicaré tu descendencia como la arena del mar, que por ser tanta no se puede contar.


¡Canten con júbilo a Yavé, gentes de toda la tierra!


Prueben y vean que Yavé es bueno. ¡Cuán feliz es el varón que confía en Él!


¡Vengan, cantemos con gozo a Yavé! ¡Aclamemos con júbilo a la Roca de nuestra salvación!


Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, oyó todo lo que ʼElohim hizo por Moisés y por su pueblo Israel, y cómo Yavé sacó a Israel de Egipto.


Entonces Jetro, suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios a ʼElohim. Y Aarón llegó con todos los ancianos de Israel a comer pan con el suegro de Moisés delante de ʼElohim.


Moisés despidió a su suegro, y éste salió a su tierra.


Cuando ellas regresaron a su padre Reuel, éste les preguntó: ¿Por qué vinieron tan pronto hoy?


Moisés aceptó vivir con aquel hombre. Éste le dio a su hija Séfora como esposa.


Moisés apacentaba el rebaño de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, y condujo el rebaño al extremo del desierto. Llegó a Horeb, la Montaña de ʼElohim.


Así que descendí para librarlos del poder de los egipcios y llevarlos de esa tierra a una tierra buena y espaciosa que fluye leche y miel, al lugar del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.


También establecí mi Pacto con ellos para darles la tierra de Canaán, tierra de sus peregrinaciones en la cual vivieron.


Muchos pueblos llegarán y dirán: ¡Vengan, subamos a la Montaña de Yavé, a la Casa del ʼElohim de Jacob! Para que nos enseñe con respecto a sus caminos, y nosotros caminemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la Ley y de Jerusalén la Palabra de Yavé.


Preguntarán por el camino a Sion con sus caras hacia esa dirección. Vendrán para unirse a Yavé en un Pacto eterno que no será olvidado.


Éste era el orden de marcha de los hijos de Israel con sus ejércitos cuando salían.


ʼElohim no es hombre para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo cumplirá?


Pero no le dio herencia en ella, ni siquiera 30 centímetros. Aunque no tenía hijo, le prometió darla en posesión a él y a su descendencia.


Yavé tu ʼElohim te volverá a traer a la tierra que poseyeron tus antepasados, y tú la poseerás. Él te hará bien y te multiplicará más que a tus antepasados.


Guarda, pues, sus Estatutos y Mandamientos que yo te ordeno hoy para que te vaya bien, a ti y a tus hijos, y prolongues tus días sobre la tierra que Yavé tu ʼElohim te da para siempre.


con respecto a la esperanza de vida eterna, la cual Dios, Quien no miente, prometió antes de los tiempos eternos.


Para que por dos cosas inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, los que nos refugiamos en la esperanza de lo que está adelante, tengamos un fortísimo consuelo,


El Espíritu y la esposa dicen: ¡Ven! Y el que escucha, diga: ¡Ven! Y el que tenga sed, venga, y el que quiera, reciba gratuitamente agua de vida.


Entonces los hijos del ceneo, suegro de Moisés, subieron con los hijos de Judá, de la ciudad de las Palmas al desierto de Judá, que está al sur de Arad. Fueron a vivir con el pueblo.


Ahora bien, Heber, el ceneo, se había separado de los ceneos descendientes de Hobab, suegro de Moisés, y desplegó sus tiendas hasta el robledal de Zanaim, que está junto a Cedes.


Y Saúl dijo a los ceneos: Salgan de entre los amalecitas para que no los destruya juntamente con ellos, porque ustedes mostraron misericordia a todos los hijos de Israel cuando salieron de Egipto. Así que los ceneos salieron de entre los amalecitas.


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