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Mateo 7:11 - Palabra de Dios para ti 2022

11 Pues si ustedes, que son malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡cuánto más su Padre celestial dará cosas buenas a los que le piden!

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Biblia Reina Valera 1960

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan!

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a los que le piden!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta más razón vuestro Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le piden?

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Mateo 7:11
35 Referans Kwoze  

Entonces Yavé vio que la perversidad del hombre se multiplicó en la tierra, y que toda forma de pensamiento de su corazón era solamente el mal continuamente.


Yavé percibió el grato olor y dijo en su corazón: No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la inclinación del corazón del hombre es perversa desde su juventud. No volveré, por tanto, a cortar a todo ser viviente como hice.


Aún te pareció insignificante esto, oh ʼAdonay Yavé. Hablaste también acerca de la casa de tu esclavo en un lejano futuro. ¡Oh ʼAdonay Yavé, cuán grande designio para un hombre!


¡Cuánto menos el hombre repugnante y corrupto que bebe la iniquidad como agua!


Porque Sol y Escudo es Yavé ʼElohim, Gracia y gloria da Yavé. No retendrá el bien a los que andan en integridad.


Ciertamente Yavé dará lo bueno, Y nuestra tierra dará su fruto.


Pero Tú, ʼAdonay, eres un ʼEL misericordioso y compasivo, Lento para la ira y grande en misericordia y verdad.


Porque Tú, ʼAdonay, eres bueno y perdonador, Grande en misericordia para todos los que te invocan.


¿Se olvidará una madre de lo que dio a luz? ¿Dejará de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque éstas se olviden, Yo no te olvidaré.


Recordaré las misericordias de Yavé, las alabanzas de Yavé, según todo lo que Yavé hizo por nosotros, y su gran bondad hacia la Casa de Israel, que Él les concedió según su compasión y la abundancia de sus misericordias.


Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso. ¿Quién puede entenderlo?


Ciertamente vienen días, dice Yavé, en los cuales Yo confirmaré la buena Palabra que hablé a la Casa de Israel y a la Casa de Judá.


Tomen palabras y regresen a Yavé. Díganle: Quita toda iniquidad, acéptanos con benevolencia. Te ofreceremos el fruto de nuestros labios.


¿Cuál ʼEL hay como Tú, que perdona la iniquidad y olvida el pecado del remanente de su heredad? Él no retiene su ira para siempre, porque se deleita en el amor inmutable.


El hijo honra al padre, y el esclavo a su amo. Entonces si Yo soy Padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Amo, ¿dónde está la reverencia hacia Mí? Oh sacerdotes que desprecian mi Nombre y dicen: ¿En qué despreciamos tu Nombre?


A nadie llamen padre de ustedes en la tierra, pues uno solo es su Padre: El celestial.


O si le pide un pescado, ¿le da una serpiente?


Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino tenga vida eterna.


Pero sabemos que lo que dice la Ley, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se cierre, y todo el mundo responda ante Dios.


Entonces ¿qué diremos? ¿Somos superiores? ¡Claro que no! Porque ya denunciamos que todos, judíos y griegos, estamos bajo el dominio del pecado.


El que no nos negó a su propio Hijo, sino lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará abundantemente todas las cosas con Él?


Pero la Escritura encerró todas las cosas bajo el pecado, para que la promesa de la fe en Jesucristo fuera dada a los que creen.


Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de arriba, del Padre de las luces, en Quien no hay cambio ni sombra de variación.


¡Consideren qué glorioso amor nos dio el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios! ¡Y somos! Por esto no nos conoce el mundo, porque no lo conoció a Él.


En esto está el amor: No en que nosotros amamos a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como ofrenda por nuestros pecados.


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