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Mateo 27:4 - Palabra de Dios para ti 2022

4 y dijo: Pequé al entregar sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 —He pecado —declaró—, porque traicioné a un hombre inocente. —¿Qué nos importa? —contestaron—. Ese es tu problema.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Les dijo: 'He pecado: he entregado a la muerte a un inocente. Ellos le contestaron: '¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto tuyo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 diciendo: Pequé entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 diciendo: 'He pecado entregando sangre inocente'. Pero ellos contestaron: 'Y a nosotros, ¿qué? ¡Allá tú!'.

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Mateo 27:4
33 Referans Kwoze  

Sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus ropas, puso ropa áspera sobre su cuerpo, ayunó, se acostó con la ropa áspera y anduvo afligido.


y también por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente. Por tanto, Yavé no quiso perdonar.


Ustedes son forjadores de mentiras. Médicos inútiles son todos ustedes.


Oí muchas cosas como éstas. Consoladores molestos son todos ustedes.


Conspiran juntos contra la vida del justo Y condenan a muerte al inocente.


Llamó a Moisés y a Aarón de noche: ¡Levántense! Salgan de en medio de mi pueblo, tanto ustedes como los hijos de Israel. Váyanse, adoren a Yavé como dijeron.


Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: Pequé esta vez. Yavé es el Justo, y yo y mi pueblo los perversos.


Según su sabiduría es alabado el hombre, Pero el perverso de corazón será despreciado.


Pero sepan con certeza que si ustedes me matan, ciertamente echarán sangre inocente sobre ustedes, esta ciudad y sus habitantes, porque en verdad, Yavé me envió a ustedes para hablar a sus oídos todas estas Palabras.


Entonces clamaron a Yavé: ¡Oh Yavé, te rogamos que nosotros no perezcamos por la vida de este hombre, ni nos culpes de sangre inocente! ¡Porque tú, oh Yavé, hiciste lo que te agradó!


Cuando él estaba sentado en el tribunal, su esposa le mandó a decir: No te metas con ese Justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños a causa de Él.


Cuando el centurión y los que custodiaban a Jesús vieron el terremoto y lo que sucedía, se atemorizaron y dijeron: ¡En verdad Éste era Hijo de Dios!


Entonces él les preguntó la tercera vez: ¿Qué mal hizo Éste? Ningún delito de muerte hallé en Él. Entonces lo azotaré y lo dejaré en libertad.


Nosotros en verdad justamente recibimos lo que merecemos por lo que hicimos, pero Éste nada malo hizo.


Al ver lo que sucedió, el centurión exaltó a Dios: ¡Realmente este Hombre era justo!


Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos Ley, y según la Ley tiene que morir, porque se declaró Hijo de Dios.


Después de no hallar culpa de muerte, pidieron a Pilato que Él fuera asesinado.


Pero sabemos que lo que dice la Ley, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se cierre, y todo el mundo responda ante Dios.


por medio de la hipocresía de mentirosos cauterizados en su conciencia,


Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, pues son repugnantes y desobedientes, descalificados para toda buena obra.


Porque este Sumo Sacerdote también nos convenía santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y más exaltado que los cielos,


sino con la sangre preciosa de Cristo, como Cordero sin mancha y sin defecto,


No como Caín, que era del maligno y asesinó a su hermano. ¿Por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.


Los que habitan en la tierra sentirán gozo con respecto a ellos y se regocijarán. Se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas atormentaron a los que habitan en la tierra.


Saúl respondió a Samuel: Pequé. Ciertamente quebranté el Mandamiento de Yavé y tus palabras, porque temí al pueblo y obedecí la voz de ellos.


Y él respondió: Pequé. Pero te ruego que me honres ahora ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel, y regreses conmigo para que yo me postre ante Yavé tu ʼElohim.


porque él puso su vida en la palma de su mano y mató al filisteo. Y Yavé otorgó una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te alegraste de ello. ¿Por qué entonces quieres pecar contra sangre inocente al matar a David sin causa?


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