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Mateo 23:8 - Palabra de Dios para ti 2022

8 Pero ustedes no permitan que los llamen maestros, porque uno solo es su Maestro, y todos ustedes son hermanos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Pero ustedes, no permitan que nadie los llame “Rabí”, porque tienen un solo maestro y todos ustedes son hermanos por igual.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero vosotros no seáis llamados Rabbí, porque uno solo es vuestro Maestro,° y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero vosotros no permitáis que os llamen rabbí; porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.

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Mateo 23:8
34 Referans Kwoze  

Basta al discípulo que sea como su maestro, y al esclavo como su señor. Si al amo de la casa lo llamaron Beelzebul, ¡cuánto más a los de su casa!


Mientras hablaba, una nube radiante los cubrió, y de la nube salió una voz que decía: Éste es mi Hijo amado, en Quien me complací. Escúchenlo a Él.


Ni permitan que los llamen caudillos, porque uno es su Caudillo: El Cristo.


los saludos pomposos en las plazas y ser llamados por los hombres: ¡Maestro!


Entonces Judas, el que lo iba a entregar, preguntó: ¿Soy yo, Maestro? Le respondió: Tú lo dijiste.


Enseguida, al acercarse a Jesús, dijo: ¡Te saludo, Maestro! Y lo besó ostentosamente.


Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le contestó: Maestro, que vea.


Pedro recordó y le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se secó.


De inmediato, se acercó Judas y le dijo: ¡Maestro! Y lo besó aparatosamente.


Pedro intervino y dijo a Jesús: Maestro, es bueno que nosotros estemos aquí. Hagamos tres cobertizos: uno para Ti, uno para Moisés y uno para Elías.


Pero Yo hablé con Dios por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando vuelvas, fortalece a tus hermanos.


Jesús dio vuelta y vio que lo seguían. Entonces les preguntó: ¿Qué buscan? Ellos le preguntaron: Rabí, que significa Maestro, ¿dónde te hospedas?


Natanael le respondió: ¡Maestro, Tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel!


Sus discípulos le contestaron: Maestro, hace poco los judíos intentaban apedrearte, ¿y otra vez volverás allá?


Jesús le respondió: ¡María! Ella, al dar la vuelta, le dijo en hebreo: ¡Rabboni! que significa Maestro.


visitó a Jesús de noche y le dijo: Maestro, sabemos que Tú viniste de Dios como Maestro, porque nadie puede hacer las señales que Tú haces, si Dios no está con Él.


Fueron a Juan y le dijeron: Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de Quien Tú diste testimonio, bautiza y todos van hacia Él.


Entre tanto, los discípulos le rogaban: Maestro, come.


Al hallarlo al otro lado del mar, le dijeron: Maestro, ¿cuándo llegaste acá?


Sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?


Porque por fe permanecen firmes. No dominamos la fe de ustedes, sino trabajamos con ustedes para su gozo.


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros mismos como esclavos de ustedes por causa de Jesús.


de Quien recibe nombre toda parentela en los cielos y en la tierra,


ya no como un esclavo, sino más que un esclavo: como hermano amado, especialmente para mí, y cuánto más para ti, tanto en el cuerpo como en el Señor.


Hermanos míos, no se promuevan muchos de ustedes como maestros, porque sabemos que recibiremos un juicio más severo.


no como el que tiene señorío sobre las heredades, sino como ejemplos del rebaño.


Yo, Juan, su hermano y copartícipe en la aflicción, el reino y la paciencia en Jesús, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la Palabra de Dios y el testimonio de Jesús.


Caí ante sus pies para adorarlo, pero me dijo: ¡Mira, no! Soy consiervo tuyo y de tus hermanos, de los que retienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.


Entonces me dijo: ¡Mira, no! Soy consiervo tuyo, de tus hermanos profetas y de los que guardan las palabras de este rollo. ¡Adora a Dios!


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