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Mateo 18:10 - Palabra de Dios para ti 2022

10 Tengan cuidado de no menospreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en el cielo ven siempre el rostro de mi Padre celestial. [[

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Biblia Reina Valera 1960

10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Cuidado con despreciar a cualquiera de estos pequeños. Les digo que, en el cielo, sus ángeles siempre están en la presencia de mi Padre celestial.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Cuídense, no desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues yo se lo digo: sus ángeles en el Cielo contemplan sin cesar la cara de mi Padre del Cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10-11 Cuidado con despreciar a uno solo de estos pequeños; porque os aseguro que sus ángeles en el cielo están viendo constantemente el rostro de mi Padre celestial.

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Mateo 18:10
45 Referans Kwoze  

Absalón vivió dos años en Jerusalén y no vio el semblante del rey.


Y Micaías respondió: Por eso escuchen la Palabra de Yavé: Vi a Yavé sentado en su trono. Todo el ejército de los cielos estaba en pie junto a Él, a su derecha y a su izquierda.


Los más cercanos eran Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucán, los siete magistrados de Persia y Media, quienes veían el rostro del rey y se sentaban como primeros en el reino.


En cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Yavé, El que jura en daño suyo y no cambia,


Yo veré tu rostro en justicia, Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.


El Ángel de Yavé acampa alrededor de los que le temen, Y los rescata.


Pues a sus ángeles mandará con respecto a Ti, Que te guarden en todos tus caminos.


Oh espada, dice Yavé de las huestes, levántate contra mi Pastor y el compañero mío. Hiere al Pastor, y las ovejas serán dispersadas. Volveré mi mano contra los pequeños.


Porque ¿quién es el que menosprecia el día de las pequeñas cosas? Porque estos siete se alegrarán y mirarán la plomada en mano de Zorobabel. Son los siete ojos de Yavé que recorren toda la tierra.


Al pensar él en esto, súbitamente un ángel del Señor se le apareció en un sueño y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.


No quebrará una caña desgastada, ni apagará la mecha ahumada hasta que saque el juicio a victoria.


De igual modo, no es la voluntad de su Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños.


Pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en Mí, mejor es que se le cuelgue al cuello una piedra de molino de asno, y sea hundido en lo profundo del mar.


Cuando ellos regresaron, un ángel del Señor apareció súbitamente en un sueño a José y le dijo: Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto. Permanece allá hasta que yo te diga, porque Herodes buscará al Niño para matarlo.


Pero después de la muerte de Herodes, súbitamente un ángel del Señor apareció en un sueño a José en Egipto


Enviará a sus ángeles con sonido de gran trompeta, y reunirán a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde un extremo al otro extremo de los cielos.


Y el ángel le respondió: Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios, y fui enviado para hablar contigo y anunciarte estas Buenas Noticias.


El que los oye a ustedes, me oye. El que los rechaza, me rechaza. El que me rechaza, rechaza al que me envió.


Sucedió que murió el mendigo y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.


Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión: Un ángel de Dios entró hacia él y le dijo: ¡Cornelio!


Ellos le dijeron: ¡Estás loca! Pero ella insistía en lo que dijo. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!


De inmediato un ángel del Señor lo atacó, porque no dio la gloria a Dios, y expiró comido por gusanos.


Porque anoche me vino un ángel de Dios, a Quien sirvo y pertenezco,


Pero un ángel del Señor, quien abrió las puertas de la cárcel, los sacó y les dijo:


¿Por qué alguno de ustedes juzga a su hermano? O también tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios.


Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer algo en lo que tu hermano se ofenda, se debilite o tropiece.


Así que, nosotros los fuertes tenemos que sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.


¿No tienen casas donde comer y beber? ¿Desprecian la iglesia de Dios y humillan a los que no tienen? ¿Qué les digo? ¿Los alabo? En esto no los alabo.


Que ninguno lo desprecie. Ayúdenlo a seguir su viaje en paz para que venga a mí, porque lo espero con los hermanos.


Para los débiles asumí la función de débil a fin de ganar a los débiles. Para todos asumí la función de todos, a fin de salvar a algunos de algún modo.


Yo, Pablo, les ruego por la mansedumbre y gentileza de Cristo, yo, que cuando estoy presente ciertamente soy humilde entre ustedes, pero ausente soy atrevido.


Porque ciertamente dicen: Las epístolas son pesadas y fuertes, pero la presencia corporal es débil, y la palabra, despreciable.


Hermanos, cuando una persona sea sorprendida en alguna transgresión, ustedes, los espirituales, restáurenlo con un espíritu de humildad, al considerarte a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.


Por tanto, el que rechaza esto, no rechaza a hombre, sino a Dios, Quien les da su mismo Espíritu Santo.


Nadie desprecie tu juventud, mas bien sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza.


¿No son todos los ángeles espíritus servidores, enviados para ayudar a los herederos de la salvación?


Porque Cristo no entró en un Lugar Santísimo hecho por manos, representación del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora ante Dios por nosotros.


Vi a los siete ángeles que estaban en pie delante de Dios. Se les dieron siete trompetas.


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