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Mateo 16:16 - Palabra de Dios para ti 2022

16 Simón Pedro contestó: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Simón Pedro contestó: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Pedro contestó: 'Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: 'Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo'.

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Mateo 16:16
38 Referans Kwoze  

Yo promulgaré el decreto. Yavé me dijo: Mi Hijo eres Tú, Yo te engendré hoy.


Mi alma tiene sed de ʼEL, del ʼElohim vivo. ¿Cuándo iré y apareceré ante ʼElohim?


Decreto que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante el ʼElah de Daniel, porque Él es el ʼElah viviente, y permanece para siempre. Su reino no será destruido y su dominio perdurará para siempre.


y Jacob engendró a José, el esposo de María, de quién nació Jesús, el llamado Cristo.


Los que estaban en la barca lo adoraron y dijeron: Verdaderamente eres el Hijo de Dios.


Les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?


Pero Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: ¡Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!


Cuando el centurión y los que custodiaban a Jesús vieron el terremoto y lo que sucedía, se atemorizaron y dijeron: ¡En verdad Éste era Hijo de Dios!


Llegó el tentador y le dijo: Ya que eres Hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en panes.


Pero Él guardó silencio y nada respondió. El sumo sacerdote le preguntaba otra vez: ¿Eres Tú el Cristo, el Hijo del Bendito?


¡Hoy les nació en la ciudad de David un Salvador, Quien es Cristo el Señor!


Natanael le respondió: ¡Maestro, Tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel!


Le contestó: Sí, Señor. Yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que vino al mundo.


Pero éstas fueron escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer, tengan vida en su Nombre.


Como me envió el Padre que vive, y Yo vivo por el Padre, el que me come también vivirá por Mí.


Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tienes Palabras de vida eterna.


Nosotros creímos y sabemos que Tú eres el Santo de Dios.


Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres semejantes a ustedes. Les anunciamos las Buenas Noticias para que den la vuelta de estas vanidades hacia el Dios vivo, Quien hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.


Cuando iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y el eunuco dijo: ¡Aquí hay agua! ¿Qué impide que sea bautizado? [[


De inmediato predicaba a Jesús en las congregaciones judías: ¡Éste es el Hijo de Dios!


Él fue declarado Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad, y resucitó de entre los muertos.


Porque cuando Silvano, Timoteo y yo les predicamos con respecto a Jesucristo, el Hijo de Dios, no fue sí y no. En Jesucristo fue sí.


Porque es manifiesto que ustedes son una carta de Cristo encomendada a nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente, no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos.


¿Qué acuerdo hay entre el santuario de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos santuario del Dios que vive. Como Dios dijo: Moraré en ellos. Andaré entre ellos. Seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Porque ¿cuál es el hombre que oyó la voz del ʼElohim vivo que habla desde en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún vivimos?


Ellos mismos hablan de la manera como llegamos a ustedes, y cómo abandonaron los ídolos para ser esclavos del Dios vivo y verdadero,


Pero, si demoro, te escribo para que sepas cómo debes conducirte en la familia de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.


Porque para esto trabajamos arduamente y nos esforzamos, pues fijamos la esperanza en el Dios viviente, que es Salvador de todos los hombres, especialmente de los que creen.


¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!


Ustedes, en cambio, se acercaron a la Montaña Sion, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, a muchos millares de ángeles,


Cuídense, hermanos, para que ninguno de ustedes tenga un corazón malo de incredulidad para apostatar del Dios vivo.


¡cuánto más la sangre de Cristo, Quien se ofreció Él mismo sin mancha a Dios por medio del Espíritu eterno, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo!


Cualquiera que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.


Pero sabemos que el Hijo de Dios vino y nos dio entendimiento para que conozcamos al Verdadero. Y estamos en el Verdadero: en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios y Vida Eterna.


¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?


Vi también a otro ángel que subía del nacimiento del sol. Tenía un sello del Dios viviente, y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les encomendó dañar la tierra y el mar.


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