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Lucas 24:39 - Palabra de Dios para ti 2022

39 Miren mis manos y mis pies. ¡Yo mismo soy! Tóquenme y vean, pues un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que tengo Yo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Miren mis manos. Miren mis pies. Pueden ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Ved mis manos y mis pies, que Yo mismo soy; palpadme y ved, pues un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que Yo tengo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39-40 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y vedme, porque un espíritu no tiene carne y huesos, como estáis viendo que los tengo yo '.

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Lucas 24:39
12 Referans Kwoze  

El polvo vuelva a la tierra de donde procede, Y el espíritu regrese a ʼElohim, Quien lo dio.


Pero ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡ʼElohim, ʼElohim del espíritu de todo ser humano! ¿No es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué te enojas contra toda la congregación?


Y Jesús clamó a gran voz: ¡Padre, encomiendo mi espíritu en tus manos! Y cuando dijo esto, expiró.


Pero Él les preguntó: ¿Por qué están turbados, y por qué surgen dudas en sus corazones?


Cuando dijo esto les mostró las manos y los pies.


Luego les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se regocijaron.


Los otros discípulos le decían: Vimos al Señor. Pero él les respondió: Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no meto mi dedo en el lugar de los clavos, y mi mano en su costado, de ningún modo creeré.


Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo y mira mis manos. Extiende tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo, sino creyente.


Después de padecer Él, se les apareció vivo con muchas pruebas durante 40 días y les hablaba sobre el reino de Dios.


El mismo Dios de la paz los santifique por completo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo sea guardado sin reproche para la venida de nuestro Señor Jesucristo.


Además, tuvimos a nuestros padres terrenales quienes nos disciplinaban y los respetábamos. ¿No nos someteremos mucho más al Padre de los espíritus para que vivamos?


Lo que era desde un principio, lo que escuchamos, lo que vimos con nuestros ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos con respecto al Verbo de la Vida


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