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Levítico 17:11 - Palabra de Dios para ti 2022

11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y Yo se la di para que hagan sobre el altar sacrificio que apacigua por ellos mismos. Porque la sangre es la que hace sacrificio que apacigua por ustedes mismos.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 porque la vida del cuerpo está en la sangre. Les he dado la sangre sobre el altar con el fin de purificarlos, para hacerlos justos ante el Señor. Es la sangre, dada a cambio de una vida, la que hace posible la purificación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Porque el alma de todo ser viviente está en su sangre, y yo les di la sangre para que la lleven al altar para el rescate de sus almas, pues esta sangre paga la deuda del alma.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y Yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, porque es la sangre, en razón de la vida, la que hace expiación.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os he mandado ponerla sobre el altar para que expíe por vuestras vidas, pues es la sangre la que expía por la vida.

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Levítico 17:11
24 Referans Kwoze  

Solo no comerán carne con su vida que es su sangre,


Luego deberá degollar el becerro ante Yavé. Los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre y la rociarán alrededor sobre el altar situado en la entrada del Tabernáculo de Reunión.


Entonces Aarón traerá su becerro destinado al sacrificio que apacigua, lo degollará como sacrificio por el pecado, y hará sacrificio que apacigua por él mismo y por su casa.


Por tanto dije a los hijos de Israel: Ninguna persona entre ustedes comerá sangre. Tampoco el extranjero que peregrina entre ustedes comerá sangre.


porque la vida de toda carne está en su sangre. Por tanto, dije a los hijos de Israel: No comerán la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre. Todo el que la coma será cortado.


Entonces el sacerdote tomará con su dedo de la sangre del sacrificio por el pecado y la pondrá en los cuernos del altar del holocausto. Luego derramará el resto de su sangre al pie del altar del holocausto.


Quemará toda su grasa sobre el altar, así como quema la grasa del sacrificio de paz. De esta manera el sacerdote ofrecerá sacrificio que apacigua por el pecado de aquél, y será perdonado.


y uno lo degolló. Luego Moisés tomó la sangre y la puso con su dedo alrededor sobre los cuernos del altar. Así purificó de pecado el altar. Luego derramó la sangre restante al pie del altar y lo consagró para hacer sacrificio que apacigua sobre él.


así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.


Esto es la sangre del Pacto, la cual se derrama por muchos para perdón de pecados.


Y dijo: Esto es mi sangre del Pacto que es derramada por muchos.


a Quien Dios exhibió públicamente como sacrificio purificador por medio de la fe en su sangre, como prueba de su justicia. Así pasó por alto los pecados pasados


Por tanto, mucho más ahora, al ser declarados justos a causa de su sangre, seremos salvos de la ira por medio de Él.


En Él tenemos la redención por medio de su sangre, la cancelación de las transgresiones según la riqueza de su gracia


Solamente que te mantengas firme en no comer sangre, porque la sangre es la vida. No comerás la vida con la carne.


En Él tenemos la redención, el perdón de los pecados.


y después de hacer la paz por la sangre de su cruz, reconcilió con Él mismo todas las cosas por medio de Cristo, tanto las de la tierra como las del cielo.


Por lo cual también Jesús padeció fuera de la puerta para santificar al pueblo por medio de su propia sangre.


Según la Ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados.


elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para que le obedecieran y fueran rociados con la sangre de Jesucristo. Gracia y paz se les concedan abundantemente.


Pero cuando andemos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.


Él mismo es también ofrenda por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.


y de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama, nos libertó de nuestros pecados con su sangre


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