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Jueces 17:2 - Palabra de Dios para ti 2022

2 quien le dijo a su madre: Los 12,1 kilogramos de plata que te fueron robados, con respecto a los cuales pronunciaste maldición a mis oídos, mira, aquella plata está en mi poder. Yo la tomé. Y su madre le dijo: ¡Bendito seas por Yavé, hijo mío!

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Biblia Reina Valera 1960

2 el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, acerca de los cuales maldijiste, y de los cuales me hablaste, he aquí el dinero está en mi poder; yo lo tomé. Entonces la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Un día le dijo a su madre: —Te oí maldecir a la persona que te robó mil cien piezas de plata. Bueno, yo tengo el dinero; fui yo quien lo tomó. —El Señor te bendiga por haberlo admitido —respondió la madre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Dijo a su madre: 'Las mil cien monedas de plata que te habían robado y a propósito de las cuales habías pronunciado una maldición, maldición que oí con mis propios oídos, pues bien, esa plata la tengo yo: yo la había tomado'. Su madre dijo inmediatamente: '¡Yavé bendiga a mi hijo!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 quien le dijo a su madre: Los mil cien ciclos de plata que te fueron sustraídos, acerca de los cuales proferiste maldición a mis oídos, he aquí, aquella plata está en mi poder. Yo la tomé. Y su madre le dijo: ¡Bendito seas de YHVH, hijo mío!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Éste dijo a su madre: 'Los mil cien siclos de plata que te han sido hurtados y por los que lanzabas maldiciones que has hecho llegar a mis oídos, los tengo yo; yo los había tomado'. Dijo entonces su madre: '¡Bendito, tú, hijo mío, ante Yahveh!'.

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Jueces 17:2
21 Referans Kwoze  

y lo bendijo: ¡Sea bendecido Abram por el ʼElohim Altísimo, Creador de los cielos y de la tierra,


Contendí con ellos y los maldije. Castigué a algunos de ellos y les arranqué su cabello. Los juramenté por ʼElohim que dijeran: No darán sus hijas a los hijos de ellos, ni tomarán de las hijas de ellos para sus hijos, ni para ustedes mismos.


Porque el impío se jacta de lo que su alma ansía, Y el avaro maldice y desprecia a Yavé.


No tomarás el Nombre de Yavé tu ʼElohim en vano, porque Yavé no tendrá como inocente al que tome su Nombre en vano.


El que roba a padre o madre y dice que no es pecado, Es compañero del destructor.


Maldito el que hace la obra de Yavé con negligencia. Maldito el que restrinja su espada de la sangre.


Entonces comenzó a maldecir y a jurar: ¡No conozco a ese Hombre! Enseguida un gallo cantó.


porque yo mismo deseaba ser una maldición de Cristo por mis hermanos, mis parientes.


¡Si alguno no ama al Señor, sea una maldición! ¡Ven, Señor!


¡Maldito el que deshonre a su padre o a su madre! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!


Porque el que le dice bienvenido participa en sus malas obras.


Hubo también un hombre de la región montañosa de Efraín llamado Micaía,


Él devolvió los 12,1 kilogramos de plata a su madre, y ella dijo: En verdad dedico esta plata a Yavé para mi hijo, a fin de que haga una imagen tallada y otra de fundición. Ahora pues, te la devuelvo.


¡Maldigan a Meroz! dice el Ángel de Yavé. Maldigan severamente a sus habitantes, Porque no llegaron a la ayuda de Yavé, A ayudar a Yavé contra los valientes.


Y él dijo: ¡Bendita seas por Yavé, hija mía! Hiciste mejor tu última bondad que la primera, al no ir en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos.


Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuros aquel día, pues Saúl conjuró al pueblo: Maldito aquel que coma alimento antes de llegar la noche, antes que yo me vengue de mis enemigos. Por lo cual ninguno del pueblo probó bocado.


Entonces uno del pueblo le habló: Tu padre conjuró expresamente al pueblo: Maldito el hombre que hoy coma alimento. Y el pueblo estaba débil.


Entonces Samuel fue a Saúl, y Saúl le dijo: ¡Bendito seas tú por Yavé! ¡Cumplí el mandato de Yavé!


A lo cual Saúl respondió: ¡Benditos sean por Yavé, porque se compadecieron de mí!


Ahora pues, escuche mi ʼadón el rey las palabras de su esclavo. Si Yavé te incita contra mí, que Él acepte una ofrenda. Pero si son los hombres, ¡malditos sean ante Yavé! Pues me desterraron hoy, me privaron de participar en la heredad de Yavé al decir: ¡Vete a servir a otros ʼelohim!


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