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Juan 7:37 - Palabra de Dios para ti 2022

37 El último día grande de la fiesta Jesús se puso en pie y exclamó: ¡Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba!

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Biblia Reina Valera 1960

37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

37 El último día del festival, el más importante, Jesús se puso de pie y gritó a la multitud: «¡Todo el que tenga sed puede venir a mí!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 El último día de la fiesta, que era el más solemne, Jesús, puesto en pie, exclamó con voz potente: 'El que tenga sed, que venga a mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 En el último día, el más grande de la fiesta,° Jesús se puso en pie, y alzando la voz, dijo: ¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 El último día de la fiesta, que era el más solemne, Jesús, puesto de pie, exclamó con voz fuerte: 'Quien tenga sed venga a mí y beba.

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Juan 7:37
50 Referans Kwoze  

Esdras leía cada día en el Rollo de la Ley de ʼElohim, desde el primer día hasta el último. Y celebraron la fiesta durante siete días, y el octavo día hubo solemne asamblea, según la ordenanza.


A Ti levanto mis manos. Mi alma te anhela como una tierra seca. Selah


Mi alma tiene sed de ʼEL, del ʼElohim vivo. ¿Cuándo iré y apareceré ante ʼElohim?


Oh ʼElohim, Tú eres mi ʼEL. Ansiosamente te busqué. Mi alma tiene sed de Ti. Mi cuerpo te anhela en tierra árida y deshabitada, Donde no hay agua.


La Sabiduría clama en las calles Y da su voz en las plazas.


¿No clama la sabiduría, Y el entendimiento hace oír su voz?


Yo amo a los que me aman. Me hallan los que temprano me buscan.


Junto a las puertas, en la entrada de la ciudad, En el acceso a las puertas, ella da voces:


Y envió a sus criadas A pregonarlo desde las más altas cumbres de la ciudad:


¡Vine a mi huerto, oh hermana mía y esposa mía. Recogí mi mirra con mi bálsamo, Comí mi panal con mi miel, Bebí mi vino con mi leche! ¡Coman, amigos! ¡Beban y embriáguense, oh amados!


Sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación.


¡Hablen al corazón de Jerusalén! ¡Proclámenle que su dura milicia terminó, y su culpa fue cancelada! Pues de mano de Yavé recibió el doble por todos sus pecados.


Una voz dice: ¡Proclama! Y respondí: ¿Qué proclamaré? Que todo humano es como hierba, y todo su esplendor como la flor del campo.


Yo derramaré aguas sobre el sequedal y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus ramas.


Todos los sedientos, vengan a las aguas. Y los que no tienen dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren sin dinero vino y leche, sin dinero y sin costo.


Inclinen su oído y vengan a Mí. Escuchen, y vivirá su alma. Yo haré con ustedes un Pacto eterno, las misericordias fieles prometidas a David.


¡Proclama a voz en cuello, no te detengas! ¡Alza tu voz como una trompeta! Denuncia su rebelión a mi pueblo, sus pecados a la casa de Jacob,


Oh Yavé, Fuerza mía y Fortaleza mía, mi Refugio en tiempo de aflicción. A ti vendrán las naciones desde los extremos de la tierra y dirán: En verdad, nuestros antepasados heredaron mentira, vanidad en la cual no hay provecho.


Vé y proclama a oídos de Jerusalén: Yavé dice: Yo recuerdo con respecto a ti la devoción de tu juventud, el amor de tu desposorio, de tu andar detrás de Mí en el desierto, en tierra no sembrada.


Todo ser viviente que nade por dondequiera que entren estos dos ríos, vivirá. Habrá muchísimos peces, porque esa agua entró allí para que todas las cosas sean sanadas y viva todo lo que entre en este río.


Siete días ofrecerán una ofrenda quemada a Yavé. En el octavo día tendrán santa convocación y presentarán una ofrenda quemada a Yavé. Es santa convocación. No harán alguna obra servil.


Pero el día 15 de este mes séptimo, cuando recojan el fruto de la tierra, celebrarán una fiesta a Yavé durante siete días. El primer día habrá un reposo, y el octavo día también habrá un reposo.


Escucha, oh tribu: La voz de Yavé proclama a la ciudad. Él salvará a los que temen su Nombre.


Yavé de las huestes los defenderá. Ellos devorarán y aplastarán con hondas, beberán y alborotarán como por causa del vino. Se llenarán como tazones o como las esquinas del altar.


El octavo día tendrán una asamblea solemne. No harán obra servil.


Vengan a Mí todos los que están agotados y cargados, y Yo los haré descansar.


Pues yo soy el anunciado por el profeta Isaías: Voz de uno que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor. Allanen sus sendas.


Inmensamente felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos se saciarán.


Él dijo: Yo soy una voz que clama en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.


Jesús le contestó: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por medio de Mí.


Jesús le respondió: Si conocieras el Don de Dios, y Quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías, y Él te daría agua viva.


Le respondió: Señor, ni vasija tienes, y el pozo es hondo. ¿De dónde sacas el agua viva?


pero el que beba del agua que Yo le dé, de ningún modo tendrá sed jamás. El agua que le dé se convertirá en una fuente de agua que brota en él para vida eterna.


¡Y ustedes no quieren venir a Mí para que tengan vida!


Jesús les respondió: Yo soy el Pan de la Vida. El que viene a Mí, que de ningún modo tenga hambre, y el que cree en Mí, que de ningún modo tenga sed jamás.


Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí. El que viene a Mí, que de ningún modo Yo lo eche fuera.


Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.


Entonces Jesús, al enseñar en el Templo, exclamó: ¡A Mí me conocen y saben de dónde soy! Pero Yo no vine por iniciativa propia, sino me envió el Verdadero, a Quien ustedes no conocen.


No pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios, ni pueden comer la mesa del Señor y la mesa de demonios.


y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la Roca espiritual que los seguía, y la Roca era Cristo.


De la misma manera, después de comer tomó la copa y dijo: Esta copa es el Nuevo Pacto confirmado en mi sangre. Hagan esto en memoria de Mí cuantas veces la beban.


También por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, esclavos o libres. Se nos dio a beber el mismo Espíritu a todos.


No se embriaguen con vino en el cual hay desenfreno, más bien, sean llenos con el Espíritu.


Y me dijo: Está hecho. Yo, el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.


Me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que emana del trono de Dios y del Cordero.


El Espíritu y la esposa dicen: ¡Ven! Y el que escucha, diga: ¡Ven! Y el que tenga sed, venga, y el que quiera, reciba gratuitamente agua de vida.


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