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Juan 6:51 - Palabra de Dios para ti 2022

51 Yo soy el Pan vivo que descendió del cielo. Si alguno come de este Pan, vivirá para siempre. Y ciertamente, el Pan que Yo daré por la vida del mundo es mi cuerpo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Todo el que coma de este pan vivirá para siempre; y este pan, que ofreceré para que el mundo viva, es mi carne».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

51 Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Y ciertamente, el pan que Yo daré por la vida del mundo es mi carne.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

51 Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: quien coma de este pan vivirá eternamente; pues el pan que yo daré es mi carne, por la vida del mundo'.

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Juan 6:51
30 Referans Kwoze  

así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.


Tomó un pan, dio gracias, lo partió, les dio y les dijo: Esto es mi cuerpo que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria de Mí.


El Verbo se encarnó y vivió entre nosotros. Contemplamos la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.


El día siguiente Juan vio a Jesús que iba hacia él, y dijo: ¡Ahí está el Cordero de Dios, Quien quita el pecado del mundo!


Y todo el que vive y cree en Mí, que de ningún modo muera jamás. ¿Crees esto?


Nadie subió al cielo, sino Quien descendió del cielo: el Hijo del Hombre.


Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,


Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino tenga vida eterna.


El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que desobedece al Hijo no verá la vida. Al contrario, la ira de Dios permanece sobre él.


En verdad, en verdad les digo: El que oye mi Palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna. No va a juicio, sino pasa de la muerte a la vida.


Porque el Pan de Dios es el que desciende del cielo y que da vida al mundo.


Jesús les respondió: Yo soy el Pan de la Vida. El que viene a Mí, que de ningún modo tenga hambre, y el que cree en Mí, que de ningún modo tenga sed jamás.


Entonces los judíos refunfuñaban contra Él, porque dijo: Yo soy el Pan que descendió del cielo.


En verdad, en verdad les digo: El que cree tiene vida eterna.


Éste es el Pan que desciende del cielo, para que no muera el que coma de Él.


De lo más profundo del ser del que cree en Mí, como dice la Escritura, fluirán ríos de agua viva.


Es decir, que en Cristo, Dios reconciliaba al mundo con Él mismo sin tomar en cuenta las transgresiones de ellos, y puso la Palabra de la reconciliación en nosotros.


Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en Él.


Vivan en amor como Cristo también nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio a Dios para olor fragante.


Los esposos amen a las esposas así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella,


Quien se dio a sí mismo por nosotros para librarnos de toda iniquidad, y purificar para sí un pueblo escogido, celoso de buenas obras.


la cual nos inauguró un camino nuevo y vivo, por medio de la cortina, es decir, de su cuerpo,


Acérquense a Cristo, Piedra Viva, ciertamente desechada por los hombres, pero para Dios escogida, preciosa.


Él mismo es también ofrenda por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.


En esto está el amor: No en que nosotros amamos a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como ofrenda por nuestros pecados.


Nosotros vimos y testificamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.


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