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Juan 5:35 - Palabra de Dios para ti 2022

35 Aquél era la antorcha que ardía y alumbraba, y ustedes quisieron regocijarse en su luz por un tiempo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

35 Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Juan era como una lámpara que ardía y brillaba, y ustedes se entusiasmaron con su mensaje durante un tiempo;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Juan era una antorcha que ardía e iluminaba, y ustedes por un tiempo se sintieron a gusto con su luz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Él era la antorcha que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo° en su luz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Juan era la lámpara que arde y que ilumina, aunque vosotros sólo por un momento quisisteis gozar de su luz.'

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Juan 5:35
18 Referans Kwoze  

Pero Abisai, hijo de Sarvia, ayudó a David, hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron: ¡No volverás a salir con nosotros a la batalla, no sea que tú apagues la lámpara de Israel!


Los hijos de Israel vieron que la piel del rostro de Moisés resplandecía. Entonces Moisés se volvía a poner el velo sobre su rostro, hasta cuando entraba a hablar con Él.


Llegan a ti con desorden ruidoso, se sientan delante de ti como pueblo mío y oyen tus palabras, pero no las cumplen, porque con sus bocas dicen halagos, pero sus corazones andan tras su avaricia.


Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que enseñan la justicia a la multitud como las estrellas a perpetua eternidad.


En verdad les digo: Entre los nacidos de mujeres, no se levantó uno mayor que Juan el Bautista, pero el más pequeño en el reino celestial es mayor que él.


Y si decimos: De hombres, tememos al pueblo. Porque todos piensan que Juan era un profeta.


Los habitantes de Judea y Jerusalén acudían a él. Confesaban sus pecados y eran bautizados por él en el río Jordán.


Herodes temía a Juan y lo protegía, porque sabía que éste era justo y santo. Cuando lo escuchaba quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.


Les digo que entre los nacidos de mujeres, ninguno es mayor que Juan, pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.


Por tanto muchos de sus discípulos volvieron atrás y no andaban con Él.


También tenemos la Palabra profética más confiable. Hacen bien en estar atentos a esta Palabra como a una antorcha que alumbra en un lugar oscuro hasta que el día amanezca y el lucero de la mañana salga en sus corazones.


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