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Juan 4:14 - Palabra de Dios para ti 2022

14 pero el que beba del agua que Yo le dé, de ningún modo tendrá sed jamás. El agua que le dé se convertirá en una fuente de agua que brota en él para vida eterna.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 pero el que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida eterna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se hará en él una fuente de agua que brota para vida eterna.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 pero el que beba del agua que yo le daré, ya no tendrá sed jamás, pues el agua que yo le daré se convertirá, dentro de él, en manantial de agua que brote para vida eterna'.

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Juan 4:14
32 Referans Kwoze  

No tendrán hambre ni sed, ni los golpeará el calor ni el sol, porque el que se compadece de ellos los conduce y los guía a manantiales de aguas.


Todos los sedientos, vengan a las aguas. Y los que no tienen dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren sin dinero vino y leche, sin dinero y sin costo.


Yavé te pastoreará siempre. Tu alma se saciará en las sequías y dará vigor a tus huesos. Serás un huerto bien regado, como manantial de agua que nunca falta.


Porque mi pueblo hizo dos males: Me abandonaron a Mí, fuente de aguas vivas, y cavaron para ellos cisternas rotas que no retienen el agua.


Saciaré al alma afligida. Satisfaceré a toda alma debilitada.


Todo ser viviente que nade por dondequiera que entren estos dos ríos, vivirá. Habrá muchísimos peces, porque esa agua entró allí para que todas las cosas sean sanadas y viva todo lo que entre en este río.


Serán puras las fuentes, cisternas y depósitos de agua, pero lo que toque un cadáver será impuro.


Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.


Inmensamente felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos se saciarán.


El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.


Y todo el que vive y cree en Mí, que de ningún modo muera jamás. ¿Crees esto?


Jesús le respondió: Si conocieras el Don de Dios, y Quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías, y Él te daría agua viva.


Le respondió: Señor, ni vasija tienes, y el pozo es hondo. ¿De dónde sacas el agua viva?


Jesús respondió: Todo el que bebe de esta agua volverá a tener sed,


El que cosecha recibe salario y recoge fruto para vida eterna. Así el que siembra y el que cosecha se regocijan juntamente.


No trabajen por la comida que perece, sino por la que permanece para vida eterna, la cual el Hijo del Hombre les dará, porque el Padre Dios selló a Éste.


Jesús les respondió: Yo soy el Pan de la Vida. El que viene a Mí, que de ningún modo tenga hambre, y el que cree en Mí, que de ningún modo tenga sed jamás.


Éste es el Pan que descendió del cielo, no como el que los antepasados comieron, y murieron. El que mastica este Pan vivirá para siempre.


El último día grande de la fiesta Jesús se puso en pie y exclamó: ¡Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba!


a fin de que como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.


Porque la consecuencia del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.


También nos selló y nos dio la cuota inicial del Espíritu en nuestros corazones.


No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención.


Puesto que ustedes purificaron sus almas por la obediencia a la verdad para el amor fraternal no fingido, ámense los unos a los otros fervientemente de corazón.


Pero sabemos que el Hijo de Dios vino y nos dio entendimiento para que conozcamos al Verdadero. Y estamos en el Verdadero: en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios y Vida Eterna.


Ya no tendrán hambre, ni sed, y que de ningún modo caiga sobre ellos el sol, ni calor alguno,


porque el Cordero que está en el trono los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas vivas. Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.


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