Juan 12:40 - Palabra de Dios para ti 2022

⁴⁰ Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón para que no miren con los ojos, ni entiendan con el corazón, y se conviertan, y Yo los sane.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁴⁰ Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴⁰ «El Señor les ha cegado los ojos y les ha endurecido el corazón, para que sus ojos no puedan ver y su corazón no pueda entender y ellos no puedan volver a mí para que yo los sane».

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴⁰ Cegó sus ojos y endureció su corazón para que no vieran, ni comprendieran, ni se volvieran a mí: de hacerlo, yo los habría sanado.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴⁰ Ha cegado los ojos de ellos, y endureció el corazón de ellos, Para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, y se conviertan, y los sane.°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴⁰ Les he cegado los ojos, y les ha embrutecido el corazón, para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, ni se conviertan, y yo no los sane.

Juan 12:40 Referans Kwoze

1 Reyes 22:20

Y Yavé decía: ¿Quién inducirá a Acab para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno respondía de una manera y otro de otra.

Salmos 147:3

Él sana a los quebrantados de corazón Y venda sus heridas.

Salmos 41:4

Dije yo: Oh Yavé, ten compasión de mí. Sana mi alma, porque pequé contra Ti.

Salmos 6:2

Ten compasión de mí, oh Yavé, porque desfallezco. Sáname, oh Yavé, porque mis huesos están conturbados,

Éxodo 10:1

Yavé dijo a Moisés: Vé a Faraón, pues Yo endurecí su corazón y el corazón de sus esclavos, para mostrar entre ellos estas señales mías,

Éxodo 11:10

Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios ante Faraón. Pero Yavé endureció el corazón de Faraón, y no dejó salir a los hijos de Israel de su tierra.

Éxodo 14:17

Yo ciertamente endureceré el corazón de los egipcios para que entren tras ellos, y seré glorificado en Faraón, en todo su ejército, sus carruajes y sus jinetes.

Éxodo 14:4

Yo endureceré el corazón de Faraón y los perseguirá. Yo seré glorificado por medio de Faraón y de todo su ejército, y los egipcios entenderán que Yo soy Yavé. Y ellos hicieron así.

Éxodo 14:8

Yavé endureció el corazón de Faraón, rey de Egipto, quien persiguió a los hijos de Israel. Pero los hijos de Israel salieron con atrevimiento.

Éxodo 4:21

pues Yavé dijo a Moisés: Cuando regreses a Egipto ten cuidado de hacer todos los prodigios que puse en tu mano. Pero Yo endureceré su corazón para que no deje ir al pueblo.

Éxodo 7:13

Y tal como Yavé dijo, el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó.

Éxodo 7:3

Sin embargo, Yo endureceré el corazón de Faraón, y aunque multiplique mis señales y mis prodigios en la tierra de Egipto,

Éxodo 9:12

Pero Yavé endureció el corazón de Faraón, y no los escuchó, según Yavé predijo a Moisés.

Isaías 26:11

Oh Yavé, tu mano está levantada, pero ellos no la miran. La mirarán al fin y los que envidian a tu pueblo se avergonzarán. Fuego consumirá a tus enemigos.

Isaías 29:10

Porque Yavé derramó sobre ustedes, oh profetas, un espíritu de letargo. Cerró sus ojos, oh videntes, y cubrió sus cabezas.

Isaías 53:5

Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos dio paz cayó sobre Él. Por su herida somos sanados.

Isaías 6:10

Priva de sensibilidad el corazón de este pueblo, y que sus oídos se endurezcan y sus ojos se cieguen, no sea que miren con sus ojos, escuchen con sus oídos, entiendan con su corazón, se conviertan y sean sanados.

Isaías 6:9

Y dijo: Vé y dí a este pueblo: Escuchen bien, pero no entiendan. Miren ciertamente, pero no comprendan.

Jeremías 3:22

Regresen, oh hijos infieles, sanaré sus infidelidades. ¡Aquí estamos! Venimos a Ti, porque Tú, oh Yavé, eres nuestro ʼElohim.

Jeremías 5:21

Oiga ahora esto, pueblo insensato e insensible, que tiene ojos, pero no mira, que tiene oídos, pero no escucha.

Ezequiel 12:2

Hijo de hombre, tú vives en medio de una casa rebelde, quienes tienen ojos para ver y no miran. Tienen oídos para oír y no escuchan, porque son casa rebelde.

Ezequiel 14:9

Si el profeta es seducido a decir alguna cosa, Yo, Yavé, seduje a ese profeta. Apuntaré mi furor contra él y lo destruiré de en medio de mi pueblo Israel.

Oseas 14:4

Sanaré su apostasía. Los amaré por gracia, porque mi ira se apartó de ellos.

Oseas 6:1

¡Vengan, volvamos a Yavé! Porque Él desgarró, pero nos sanará. Él hirió, pero nos vendará.

Mateo 15:14

Déjenlos, son guías ciegos. Si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.

Marcos 4:12

para que al ver, vean y no perciban, y al oír, oigan y no entiendan, no sea que den la vuelta y se les perdone.

Marcos 6:52

porque no habían entendido lo de los panes, pues su corazón estaba endurecido.

Lucas 4:18

El Espíritu del Señor está sobre Mí, porque me ungió para anunciar Buenas Noticias a los pobres. Me envió a proclamar libertad a cautivos, y restauración de vista a ciegos, a enviar en libertad a oprimidos,

Lucas 8:10

Él contestó: A ustedes les fue dado conocer los misterios del reino de Dios, pero a los demás, por parábolas, para que al ver no miren y al oír no entiendan.

Juan 12:39

Por esto no podían creer, como Isaías dijo en otra ocasión:

Juan 9:39

Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio, a fin de que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.

Hechos 15:3

Recibieron provisiones de la iglesia para el viaje. Pasaron por Fenicia y Samaria. Relataban en detalle la conversión de los gentiles, y eran causa de gran gozo para todos los hermanos.

Hechos 28:26

Vé a este pueblo y dí: Al oír oirán, pero de ningún modo entenderán. Al ver verán, pero de ningún modo percibirán.

Hechos 3:19

Por tanto, cambien de mente y den la vuelta hacia Dios, para que sean borrados sus pecados,

Romanos 9:18

Así que, Dios muestra misericordia al que quiere y vuelve terco al que quiere.

Deuteronomio 29:4

Pero hasta hoy Yavé no les dio corazón para entender, ni ojos para mirar, ni oídos para escuchar.

Josué 11:20

porque esto venía de Yavé: Endurecer el corazón de ellos para que resistieran con guerra a Israel, a fin de que Él los destruyera por completo sin clemencia para que fueran desarraigados, tal como Yavé ordenó a Moisés.