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Juan 1:18 - Palabra de Dios para ti 2022

18 Nadie vio jamás a Dios. El Unigénito Dios, Quien está en el seno del Padre, Él se dio a conocer.

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Biblia Reina Valera 1960

18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Nadie ha visto jamás a Dios; pero el Único, que es Dios, está íntimamente ligado al Padre. Él nos ha revelado a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Nadie ha visto a Dios jamás, pero Dios-Hijo único nos lo dio a conocer; él está en el seno del Padre y nos lo dio a conocer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Nadie ha visto jamás a Dios; el Unigénito Dios,° que está en el seno del Padre, Él lo reveló.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, Dios, el que está en el seno del Padre, él es quien lo dio a conocer.

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Juan 1:18
41 Referans Kwoze  

Y le dio a Yavé, Quien hablaba con ella, este nombre: Tú eres el ʼEL-que-me-ve, porque dijo: ¿No vi aquí yo la espalda de Aquél que me ve?


Cuando Yavé acabó de hablar a Abraham, salió, y Abraham regresó a su lugar.


Cuídate delante de Él y escucha su voz. No te rebeles en contra de Él, porque Él no perdonará tu transgresión, puesto que mi Nombre está en Él.


y vieron al ʼElohim de Israel. Debajo de sus pies había como un enlozado de zafiro, semejante en claridad al mismo cielo.


Yo estaba junto a Él como arquitecto. Diariamente era su deleite. Me regocijaba ante Él siempre.


Apacentará su rebaño como pastor. Recogerá a los corderitos con su brazo. Los llevará en su seno, y pastoreará suavemente a las recién paridas.


Preguntan a sus madres: ¿Dónde están el trigo y el vino? Mientras están tendidos como heridos en las calles de la ciudad, Mientras exhalan la vida en el regazo de sus madres.


Hablo con él boca a boca en visión, pero sin enigmas, y él contempla la apariencia de Yavé. ¿Por qué no tuvieron temor de hablar contra mi esclavo Moisés?


Mi Padre me entregó todas las cosas. Nadie conoce plenamente al Hijo sino el Padre. Nadie conoce plenamente al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.


Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre. Nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarse.


El Verbo se encarnó y vivió entre nosotros. Contemplamos la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.


Isaías dijo esto porque vio la gloria de Él, y habló acerca de Él.


Uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba, estaba al lado de Jesús.


Jesús le preguntó: Felipe, ¿tanto tiempo he estado con ustedes, y no me conoces? El que me vio, vio al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre?


Les di a conocer y les daré a conocer tu Nombre, para que el amor con el cual Tú me amaste esté en ellos, y Yo en ellos.


Manifesté tu Nombre a los hombres que me diste del mundo. Tuyos eran y me los diste. Y han guardado tu Palabra.


En verdad, en verdad te digo: Lo que sabemos hablamos y lo que vimos testificamos. Pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.


No digo que alguno vio al Padre, excepto el que vino de Dios. Éste vio al Padre.


El dios de este mundo cegó las mentes de los incrédulos para que no vean la iluminación de las Buenas Noticias de la gloria de Cristo, Quien es la Imagen de Dios.


Yavé les habló desde en medio del fuego. Ustedes oían el sonido de palabras, pero no percibían figura alguna, sino una voz.


Él es la Imagen del Dios invisible, Primogénito de toda creación.


Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único Dios, sean el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


el Único que tiene inmortalidad, que mora en luz inaccesible, a Quien ninguno de los humanos vio, ni puede ver. A Él sea honor y soberanía eterna. Amén.


Sucedió que cuando Josué estaba cerca de Jericó, levantó sus ojos y ciertamente vio a un varón en pie frente a él con su espada desenvainada en su mano. Josué fue hacia él y le dijo: ¿Eres de los nuestros o de nuestros adversarios?


Nadie vio jamás a Dios. Cuando nos amemos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor es perfeccionado en nosotros.


Si alguno dice: Amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso, porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a Quien no ha visto.


En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: En que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por medio de Él.


Pero sabemos que el Hijo de Dios vino y nos dio entendimiento para que conozcamos al Verdadero. Y estamos en el Verdadero: en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios y Vida Eterna.


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