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Juan 1:14 - Palabra de Dios para ti 2022

14 El Verbo se encarnó y vivió entre nosotros. Contemplamos la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único; en él todo era don amoroso y verdad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y el Logos se hizo carne, y tabernaculizó° entre nosotros, y contemplamos su gloria (gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad.

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Juan 1:14
60 Referans Kwoze  

Yo promulgaré el decreto. Yavé me dijo: Mi Hijo eres Tú, Yo te engendré hoy.


Eres el más hermoso de los hijos de los hombres. La gracia se derramó en tus labios. Por tanto, ʼElohim te bendijo para siempre.


Ciertamente tu salvación está cerca a los que te temen, Para que la gloria more en nuestra tierra.


La gloria de Yavé se manifestará. Todo humano juntamente la verá, porque habló la boca de Yavé.


Subirá cual retoño delante de Él, como raíz de tierra seca. No habrá en Él parecer ni hermosura. Lo veremos, pero sin atractivo para que lo deseemos.


Por tanto, ʼAdonay mismo les dará la señal: Ciertamente la virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y llamará su Nombre Emanuel.


Mi Tabernáculo estará en medio de ellos. Seré su ʼElohim, y ellos serán mi pueblo.


y Jacob engendró a José, el esposo de María, de quién nació Jesús, el llamado Cristo.


¡Hoy les nació en la ciudad de David un Salvador, Quien es Cristo el Señor!


dio a luz a su Hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la pensión.


Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero al permanecer despiertos, vieron su gloria y a los dos varones que estaban con Él.


En un principio era el Verbo, y el Verbo estaba ante Dios, y el Verbo era Dios.


Jesús le preguntó: ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?


Jesús le contestó: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por medio de Mí.


Jesús le preguntó: Felipe, ¿tanto tiempo he estado con ustedes, y no me conoces? El que me vio, vio al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre?


Yo les he dado la gloria que me has dado para que sean uno, como Nosotros somos Uno.


Padre, quiero que los que me diste estén donde Yo estoy, para que contemplen la gloria que me diste, porque me amaste antes de la fundación del mundo.


Entonces Pilato le preguntó: ¿Así que Tú eres un rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la Verdad. Todo el que es de la Verdad escucha mi voz.


Jesús realizó este primer milagro en Caná de Galilea, donde manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.


Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino tenga vida eterna.


El que cree en Él no es juzgado, pero el que no cree ya fue juzgado, porque no creyó en el Nombre del Unigénito Hijo de Dios.


Yo soy el Pan vivo que descendió del cielo. Si alguno come de este Pan, vivirá para siempre. Y ciertamente, el Pan que Yo daré por la vida del mundo es mi cuerpo.


Conocerán la Verdad, y la Verdad los libertará.


Al resucitar a Jesús, Dios cumplió esta promesa a nosotros, sus descendientes, como también está escrito en el salmo segundo: Mi Hijo eres Tú. Yo te engendré hoy.


Lo imposible para la Ley por cuanto era débil por causa de la carne, Dios lo resolvió al enviar a su propio Hijo en semejanza de cuerpo pecaminoso como ofrenda por el pecado. Así pronunció sentencia en el cuerpo contra el pecado,


de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según el cuerpo, es Cristo, Quien es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.


El primer hombre es terrenal, el segundo Hombre es del cielo.


Y me dijo: Te basta mi gracia, porque el poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, con muchísimo gusto me enalteceré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.


Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley,


A mí, al más pequeño de todos los santos, se me dio esta gracia de predicar las inescrutables riquezas de Cristo a los gentiles,


Porque el Padre resolvió que more en Él toda la plenitud,


En Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.


Porque en Él vive corporalmente toda la plenitud de la Deidad.


Por confesión unánime, grande es el misterio de la piedad: Él fue manifestado en el cuerpo, Justificado en Espíritu, Visto por ángeles, Proclamado entre gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.


Quien es el resplandor de la Gloria y reproducción exacta de su esencia, Quien sustenta todas las cosas con la Palabra de su poder. Después de purificarnos de los pecados por medio de Él mismo, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.


Porque ¿a cuál de los ángeles dijo alguna vez: Mi hijo eres Tú. Yo te engendré hoy? Y otra vez: ¿Yo le seré Padre, Y Él me será Hijo?


Por tanto Cristo, al entrar en el mundo, dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, Pero me preparaste cuerpo.


Porque el que santifica y los santificados son todos de un Padre, por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos


Así también Cristo no se enalteció a Él mismo al ser designado Sumo Sacerdote, sino lo enalteció el que le dijo: Mi Hijo eres Tú. Yo te engendré hoy.


Nosotros vimos y testificamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.


En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: En que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por medio de Él.


Porque muchos engañadores salieron al mundo quienes no confiesan que Jesucristo vino en forma corporal. Éste es el impostor y el anticristo.


Se vistió con una ropa empapada en sangre, y su Nombre es: El Verbo de Dios.


Escuché una gran voz del trono que decía: Aquí está el Tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos. Ellos serán pueblo de Él, y Dios estará con ellos.


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