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Josué 2:11 - Palabra de Dios para ti 2022

11 Cuando lo oímos, nuestro corazón se desmayó y no quedó más aliento en algún hombre por causa de ustedes, porque solo Yavé su ʼElohim, es ʼElohim arriba en el cielo y abajo en la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 ¡No es extraño que nuestro corazón esté lleno de temor! A nadie le queda valor para pelear después de oír semejantes cosas. Pues el Señor su Dios es el Dios supremo arriba, en los cielos, y abajo, en la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Cuando lo supimos se nos paró el corazón y al verlos acercarse todo el mundo está ahora lleno de miedo, porque Yavé su Dios es Dios tanto arriba en los cielos como abajo en la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y cuando lo oímos, se nos derritió° el corazón, y no ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque YHVH vuestro Dios, Él solo es ’Elohim arriba en los cielos y abajo en la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Al oírlo, se ha desmayado nuestro corazón y ya nadie tiene aliento delante de vosotros, porque Yahveh, vuestro Dios, es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra.

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Josué 2:11
27 Referans Kwoze  

a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Yavé es ʼElohim y no hay otro.


Enseguida volvió al varón de ʼElohim con toda su comitiva. Se presentó ante él y dijo: Mira, ahora reconozco que no hay ʼElohim en toda la tierra, sino en Israel. ¡Te ruego que recibas algún presente de tu esclavo!


Cuando todos nuestros enemigos lo oyeron, sucedió que todos los pueblos vecinos tuvieron temor. Se sintieron humillados, porque reconocieron que este trabajo fue hecho por nuestro ʼElohim.


En cada provincia y ciudad, a donde llegaba la orden del rey y su edicto, los judíos tenían regocijo y alegría, banquetes y día de fiesta. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se cambiaron para ser judíos, porque el temor de los judíos cayó sobre ellos.


Así las naciones temerán al Nombre de Yavé, Y todos los reyes de la tierra temerán tu gloria.


Soy derramado como aguas Y todos mis huesos se descoyuntan. Mi corazón se volvió como cera. Se derritió entre mis órganos.


Que floten como agua que se pierde. Cuando disparen sus flechas, sean éstas despuntadas.


Y sepan que solo Tú, tu Nombre es Yavé. Eres el ʼElyón sobre toda la tierra.


Los pueblos oyeron y tiemblan. Pánico dominó a los habitantes de Filistea.


Se turbaron los jefes de Edom. A los fuertes de Moab los asaltó el temblor, Y todos los habitantes de Canaán desmayaron.


Toda mano será debilitada. Todo corazón humano desfallecerá.


Carga sobre Egipto. ¡Miren, Yavé cabalga sobre nube veloz y entra en Egipto! Ante Él se estremecen los ídolos de Egipto. El corazón de los egipcios desfallece.


Entregué la espada brillante para que desmaye el corazón y se multipliquen los muertos en todas sus puertas. ¡Ay! Dispuesta está para que relumbre, preparada para degollar.


¡Está vacía, sí, está desolada y devastada! Desfallecen los corazones y se golpean las rodillas. La angustia está en todo el cuerpo y todos sus rostros palidecen.


¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos desmayaron nuestro corazón al decir: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros. Las ciudades son grandes y amuralladas hasta el cielo, y también vimos allí a los hijos de Anac.


Los oficiales volverán a hablar al pueblo: ¿Quién siente temor y está acobardado? Que se retire y vuelva a su casa, no sea que su cobardía desanime el corazón de sus hermanos.


Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón que Yavé es ʼElohim arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro.


Pero mis hermanos, los que subieron conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo, aunque yo seguí con integridad a Yavé, mi ʼElohim.


Dijeron a Josué: ¡Ciertamente Yavé entregó en nuestra mano toda esta tierra, porque todos los habitantes de la tierra desmayan a causa de nosotros!


Sucedió que cuando todos los reyes amorreos que estaban al occidente, al otro lado del Jordán, y todos los reyes cananeos que estaban frente al mar, oyeron cómo Yavé secó las aguas del Jordán ante los hijos de Israel hasta que cruzamos, desfalleció su corazón y no hubo en ellos más aliento delante de los hijos de Israel.


Éstos mataron a unos 36 hombres. Los persiguieron desde la puerta de su ciudad hasta Sebarim y los derrotaron en la bajada. Y el corazón del pueblo desfalleció y se volvió como agua.


Ellos respondieron a Josué: Porque tus esclavos ciertamente fueron informados que Yavé tu ʼElohim ordenó a su esclavo Moisés que les diera toda esta tierra y destruyera a todos los habitantes de esta tierra que está ante ustedes. Por tanto tuvimos muchísimo temor por nuestras vidas a causa de ustedes, e hicimos esto.


Y decían a las montañas y a las rocas: ¡Caigan sobre nosotros! ¡Escóndannos de la presencia del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero!


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