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Jonás 2:4 - Palabra de Dios para ti 2022

4 Me dije: Desechado soy de tu Presencia, pero aún veré tu santo Templo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces dije: “Oh Señor, me has expulsado de tu presencia; aun así volveré a mirar hacia tu santo templo”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Me habías arrojado en el corazón del mar, y la corriente me cercaba, tus olas y tus remolinos pasaban sobre mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Me dije: Desechado soy de tu presencia, ¿Cómo podré volver a contemplar tu santa Casa?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Me arrojaste al abismo, al seno de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus olas, tu oleaje, cargaron sobre mí.

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Jonás 2:4
20 Referans Kwoze  

porque oirán de tu gran Nombre, tu poderosa mano y tu brazo extendido, y venga y ore en esta Casa,


si en la tierra de sus enemigos, a donde los llevaron cautivos, ellos se vuelven a Ti con todo su corazón y toda su alma, y oran a Ti en dirección a la tierra que diste a sus antepasados, hacia la ciudad que Tú elegiste y a la Casa que edifiqué a tu Nombre,


entonces cortaré a Israel de sobre la superficie de la tierra que les di, apartaré mi Presencia de la Casa que santifiqué a mi Nombre, e Israel servirá de refrán y escarnio entre todas las naciones.


si en la tierra de su cautiverio adonde fueron llevados cautivos, ellos se devuelven a Ti con todo su corazón y toda su alma, y oran a Ti en dirección a la tierra que diste a sus antepasados, hacia la ciudad que Tú escogiste, hacia la Casa que construí a tu Nombre,


En mi premura, me dije: ¡Cortado soy de tu Presencia! Pero Tú oíste la voz de mis súplicas Cuando clamé a Ti.


De día Yavé enviará su misericordia, Y de noche su canto estará conmigo, Una oración al ʼEL de mi vida.


Pero yo entraré en tu Casa por la abundancia de tu firme amor, Y con reverencia me postraré hacia tu santo Templo.


Me colocaste en la fosa más profunda, En lugares oscuros, en las profundidades.


Tu ira pesa sobre mí. Me afliges con todas tus olas. Selah


Ciertamente me vino amargura grande en tiempo de paz, Pero libraste mi vida del hoyo de la corrupción, Porque echaste todos mis pecados tras tu espalda.


Sion decía: Yavé me abandonó. ʼAdonay se olvidó de mí.


Entonces Yavé me dijo: Aunque Moisés y Samuel se coloquen delante de Mí, no me conmoveré por este pueblo. Échalos, que salgan de mi Presencia.


Los echaré de mi Presencia, como eché a todos sus hermanos, a toda la descendencia de Efraín.


Las aguas fluyeron sobre mi cabeza. Yo dije: ¡Estoy muerto!


Entonces me dijo: Hijo de hombre, todos estos huesos son la Casa de Israel. Mira, ellos dicen: Nuestros huesos están secos. Nuestra esperanza pereció. Estamos totalmente destruidos.


Cuando Daniel supo que el edicto estaba firmado, entró en su casa y abrió las ventanas de su habitación que se abrían hacia Jerusalén. Se arrodillaba tres veces al día, hablaba con Dios y daba gracias a su ʼElah, como solía hacer antes.


Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Yavé, y mi oración llegó hasta Ti en tu santo Templo.


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