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Joel 2:30 - Palabra de Dios para ti 2022

30 Haré prodigios en los cielos y en la tierra, sangre, fuego y columnas de humo.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Y haré maravillas en los cielos y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Y haré prodigios en los cielos y en la tierra, Sangre y fuego, y columnas de humo.

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Joel 2:30
16 Referans Kwoze  

Miró hacia Sodoma, Gomorra y toda la región de la llanura. Ciertamente vio que un humo subía de la tierra, como la humareda de un horno.


¿Qué es esto que sube del desierto como columnas de humo, Perfumado con mirra e incienso Y con todos los aromas del mercader?


Por eso se enluta la tierra y se oscurecen los cielos arriba. Pues hablé, lo pensé. No cambiaré de parecer ni desistiré de ello.


Acontecerá que en aquel día no habrá luz. Las luminarias disminuirán.


Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, El sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor. Las estrellas se caerán del cielo y las potencias celestiales serán conmovidas.


En varios lugares habrá grandes terremotos, pestilencias y hambrunas. Y habrá horrores y grandes señales en el cielo.


Cuando los hombres de Hai volvieron la cara y miraron, ciertamente la humareda de la ciudad subía al cielo. No tuvieron lugar para huir, ni por un lado ni por el otro, porque el pueblo que huía al desierto regresó contra sus perseguidores.


Al ver la humareda de su incendio, gritaban: ¿Cuál es semejante a la gran ciudad?


Los reyes de la tierra que practicaron la inmoralidad sexual y vivieron en placeres con ella, llorarán. Se lamentarán por ella cuando vean el humo de su incendio.


El primero tocó la trompeta. Hubo granizo y fuego mezclados con sangre, los cuales fueron lanzados a la tierra. Y se quemó la tercera parte de la tierra, de los árboles y de toda hierba verde.


Era señal convenida entre los hombres de Israel y los de la emboscada, que éstos harían subir una gran humareda desde la ciudad.


Pero cuando la humareda comenzó a subir de la ciudad, los de Benjamín miraron hacia atrás y vieron que de la ciudad subía el humo al cielo.


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