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Jeremías 8:19 - Palabra de Dios para ti 2022

19 Ciertamente escucho el lamento de la hija de mi pueblo desde una tierra lejana. ¿No está Yavé en Sion? ¿Su Rey no está en ella? ¿Por qué me provocaron con imágenes de talla, con ídolos extraños?

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Biblia Reina Valera 1960

19 He aquí voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la tierra lejana: ¿No está Jehová en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Escuchen el llanto de mi pueblo; puede oírse por toda la tierra. «¿Acaso ha abandonado el Señor a Jerusalén? —pregunta la gente—. ¿No está más su Rey allí?». «Oh, ¿por qué han provocado mi enojo con sus ídolos tallados y sus despreciables dioses ajenos?», pregunta el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 El grito de angustia de la hija de mi pueblo se siente a lo largo de todo el país: '¿Ya no está Yavé en Sión?, ¿su Rey ya no está allí?' '¿Por qué me han irritado con sus ídolos, con esas cosas extranjeras, que nada son?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Al oír el lamento de la hija de mi pueblo desde una tierra lejana: ¿No está YHVH en Sión? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me habéis provocado con imágenes esculpidas, Con vanidades extrañas?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 ¡Mira! ¡Oye! Gritos de socorro de la hija de mi pueblo, por todo el país a la redonda: ¿no está Yahveh en Sión, no está en ella su rey? ¿Por qué me han irritado con sus estatuas, con los ídolos del extranjero?

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Jeremías 8:19
35 Referans Kwoze  

¡Desde Sion, bendito sea Yavé, Quien mora en Jerusalén! ¡Aleluya!


Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos y llorábamos Cuando recordábamos a Sion. Sobre los sauces, en medio de ella,


Reinará Yavé para siempre, Tu ʼElohim, oh Sion, por todas las generaciones. ¡Aleluya!


Alégrese Israel en su Hacedor. Regocíjense en su Rey los hijos de Sion.


Aborrezco a los que confían en ídolos vanos, Pero confío en Yavé.


¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de iniquidad, generación de perversos, hijos depravados! Abandonaron a Yavé, despreciaron al Santo de Israel, se volvieron atrás.


¡Regocíjate y canta, oh habitante de Sion, porque el Santo de Israel es grande en medio de ti!


Yavé viene de tierra lejana, del extremo del cielo, con las armas de su ira para asolar la tierra.


Porque Yavé es nuestro Juez. Yavé es nuestro Legislador. Yavé es nuestro Rey. Él mismo nos salvará.


Entonces el profeta Isaías fue al rey Ezequías y le preguntó: ¿Qué dijeron aquellos hombres y de dónde vienen a visitarte? Ezequías respondió: De una tierra lejana vinieron a visitarme, de Babilonia.


¡Despierta! ¡Despierta! Cúbrete con tu poder, oh Sion. Cúbrete con tu ropa de gala, oh Jerusalén, Ciudad Santa. Porque nunca jamás volverá a entrar en ti algún incircunciso o impuro.


Obras vanas y ridículas, que perecerán en el tiempo de su castigo.


¿Desechaste completamente a Judá? ¿Aborreció tu alma a Sion? ¿Por qué nos heriste sin remedio? Esperábamos paz, pero no hay bienestar, tiempo de sanidad. Aquí está el terror.


¿Por qué te muestras como un hombre espantado, y como valiente incapaz de librar? Pero Tú, oh Yavé, estás en medio de nosotros. Tu Nombre es invocado sobre nosotros. No nos desampares.


Yavé dice: ¿Qué injusticia hallaron en Mí sus antepasados por la cual se alejaron de Mí, siguieron tras la vanidad y se envanecieron?


Porque les profetizan mentira a fin de que los remuevan lejos de su tierra, para que Yo los eche fuera y perezcan.


Porque vendrá un día cuando los centinelas clamarán en la región montañosa de Efraín: ¡Levántense, subamos a Sion, a Yavé nuestro ʼElohim!


Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no hicieron sino lo malo ante mis ojos desde su juventud. Ciertamente los hijos de Israel no hicieron otra cosa que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Yavé.


¿A Mí me provocan a ira? dice Yavé. ¿No actúan ellos mismos para su propia vergüenza?


Pasó la cosecha. Se acabó el verano y nosotros no fuimos salvados.


Los dispersaré entre naciones que ellos no conocieron ni sus antepasados. Enviaré la espada tras ellos hasta exterminarlos.


En derredor tendrá 9 kilómetros. Y desde aquel día, el nombre de la ciudad será: Yavé está allí.


Sucederá que todo el que invoque el nombre de Yavé será salvo, porque en la Montaña Sion y en Jerusalén quedará un remanente, según dijo Yavé. Y entre los supervivientes estarán los que Yavé llamó.


Limpiaré la sangre de los que no limpié. Y Yavé morará en Sion.


Pero quedará un remanente en la Montaña Sion. Será Lugar Santo. La casa de Jacob recobrará sus posesiones.


Y ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero? ¿Te sorprendió el dolor como a mujer que da a luz?


Yavé apartó tus juicios. Echó fuera tus enemigos. Yavé, el Rey de Israel, está en medio de ti. ¡Ya no temerás al desastre!


Por tanto, miren: Yo levanto mi mano contra ellos, y serán despojo para los que fueron sus esclavos. Y sabrán que Yavé de las huestes me envió.


Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres semejantes a ustedes. Les anunciamos las Buenas Noticias para que den la vuelta de estas vanidades hacia el Dios vivo, Quien hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.


Por lo cual mi ira arderá contra él en aquel día. Los abandonaré y esconderé mi rostro de ellos. Serán consumidos. Le vendrán muchos males y angustias, y dirá en aquel día: ¿No me vinieron estos males porque mi ʼElohim no está en medio de mí?


Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso. Esto dice el que sostiene las siete estrellas en su derecha, el que anda en medio de los siete candelabros de oro:


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